LA SOPA BOBA, UN DIVERXO VERSIÓN LOW COST
Un gitano pelirrojo. Salmón dentro de una cafetera. Pez escolar en una sauna. Medusas. Canguros. Bisontes. Antílopes. Todo un safari en una carta.
Así es La Sopa Boba. Así es Fernando Limón. El chef ocurrente que se curtió en el restaurante Paulino y que también hizo sus pinitos en El Bulli. Un ingenioso e ilusionista Juan Tamariz que hace unos años nos sorprendió en Villalba con su chispa y que se trasladó a Alpedrete para seguirle dando caña a la peonza. Para muchos, un loco creativo, para otros, un personaje singular. Y para todos, ingenio, extravagancia, genialidad y humor, mucho humor en su carta.

Con la comida no se juega, pero a Fernando Limón le dejamos. Sus creaciones, extravagantes y singulares. No nos engaña cuando al llegar nos pone Edamame de aperitivo. Sabemos que luego viene lo fuerte. Comenzamos con Sardinas marinadas con tomillo de la zona. Eso es lo que se llama comercio de proximidad. Y como si se tratase de un chiringuito de playa más propio de la Costa del Sol, nos las sirve ahumadas en una parrilla.

Se atreve también con un Atún rojo, y arriesga a combinarlo con helado de jengibre, hacer polvo del jamón y añadir wasabi de guisantes. Que cómo se come este plato, lo dejo a criterio de cada uno.

Combinaciones imaginativas y que vienen de lejos. No en vano una vez al año coge la mochila y se da una vuelta por el mundo a darse un garbeo y renovar el surtido. Ahí es cuando se le ocurre cocinar un Salmón salvaje de Alaska con wasabi y soja. Y por si fuese poco, lo marina con saque y lo presenta dentro de una cafetera donde se cocina. Plato sólo apto para atrevidos.

Elaboraciones únicas. Un Pez escolar, que delante del comensal introduce en una sauna, vamos, lo que se dice una cazuela de esas de las que pesan, y que contiene ponzu, un vinagre de arroz con laminillas de katsuobushi y alga hervida a fuego lento. Lo confieso, esto no me ha quedado más remedio que buscarlo en Internet. Ojo, que aquello parece una olla express echando humo.

Arriesgados sus Raviolis de cerdo con cocochas de bacalao, con un caldito que a mi me sabía a cocido, pues no sabes si estás comiendo carne o pescado.

Continuamos con sus Vieiras envueltas en panceta ibérica con enoki y salsa de tamarindo. Con lo verde no me atreví, pero el resto estaba exquisito.

Y seguimos, que la carta no queda aquí. Se agradece un plato que identificamos por aquello de hacer una pausa a tanta inventiva, el Pie azul con boletus y foie.

Pero vuelven los platos atrevidos, una guindara “Bacalao Negro” de Alaska macerada con miso y a la parrilla con gioza.

Ah, que nos hemos quedado con ganas de más sorpresas. Pues nos pedimos alguno de los postres, porque hay más de 25 en la carta, incluido un Frigopié dedicado a Froilán con agujero incluido, emulando el tiro que se pegó con la escopeta. Uno lo trae en maceta y otro en forma de chupa-chups de yuzu con chocolate. Que la tierra de la planta se come y son tres chocolates tiene un pase, pero que tengamos que regalarla con Maracuyá, aquello ya es demasiado. Aquí los trampantojos, son moco de pavo.


No nos extraña que en el escenario de La Sopa Boba que acompaña la carta encontremos más derroche de imaginación, si es que algo quedaba. Por lo que no te sorprenda que en el suelo te puedas encontrar tenedores o peces incrustados.

O que el menú haya ido acompañado de un vino de elaboración propia y etiquetado como “Un gitano pelirrojo esperando solo en la sala de urgencias”, ya ni lo menciono. Por aquello del Copyright, me explicó el chef.

Ni tinto, ni blanco. Pelirrojo. Una locura más, mucho más propia de algún restaurante de autor como DIVERXO que de un local de las afueras de Madrid. Le pregunto a Fernando por eso de las «estrellas Michelín», pero de aquello no quiere saber nada. Lo sé, no me saltéis a la yugular, que DIVERXO no tiene comparación, pero es que a mi tanta imaginación e ingenio me lo trae a la memoria.
Eso sí, en versión low cost en continentes y contenidos, pues La Sopa Boba es apta para todos los bolsillos y sólo para aquellos comensales aventureros dispuestos a pasárselo pipa.
La anguila teriyaki con gelatina de mango, el tataki de canguro o el hot dog de frambuesa lo dejo para la siguiente visita. Fernando, que no nos gustan que nos tomen el pelo, pero de ti nos encanta. Gracias.
Precio medio: 30 euros
Dónde: Plaza de Guadarrama, 9. Alpedrete (Madrid)
Tel.: 91 850 63 70
Web: La Sopa Boba
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