Dicen los que de esto saben, que morderse las uñas, además, de ser un hábito relacionado con muchas emociones, tiene que ver con el perfeccionismo. Y que las personas que se comen las uñas pueden pasar horas examinando que no quede una mínima irregularidad en sus dedos, pues en seguida intentan, sin remedio, pulirla. Sea verdad o quimera, lo cierto es que no sé si lo mío es perfeccionismo o más bien ...
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