Mi amigo Arturo “El Rubio” es, ante todo, un sibarita. Mientras yo me dedicaba a hacer horas extras en El Corte Ingés durante mi etapa universitaria (lo cual me valió para aprenderme al dedillo en número de deniers de las medias y ejecutivos de señora y caballero) , él se curtía en el ámbito de las artes culinarias trabajando de camarero en La Casa de Mónico. Esto le sirvió no ...
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