Cuenta la historia que allá por los años 80, un horticultor proveniente de Tudela y llamado Floren, cogía su furgoneta de noche para cruzarse a Francia. Sin dormir, la cargaba de productos del todo desconocidos del país gabacho, como las lechugas de colores, mangos, hierbas aromáticas o incluso pasta brick. Era un contrabandista de productos delicatesen. Dicen que por aquel entonces, se convirtió en el proveedor de un grupo de ...
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