UN VIAJE GASTRONÓMICO POR LA TOSCANA

Tengo la suerte de haber recibido, a lo largo de mis 38 años, muchos regalos especiales. Los ha habido para todo tipo de gustos y colores, más y menos caros, materiales e inmateriales… pero son éstos los que siempre he valorado más, porque los puedo guardar por siempre en la caja de recuerdos que llevo conmigo.

Y podría decir que uno de los mejores regalos que ocupa un lugar privilegiado en mi caja ha sido un viaje a La Toscana.

Me tengo que remontar a la noche de reyes de este año cuando mi chico me sorprendió con un viaje al sur de la bella Italia. Pero no cualquier viaje. Un viaje para conocer Osteria Francescana. Así que ahora entenderéis por qué os digo que ha sido uno de los regalos más maravillosos que me han hecho en la vida, un viaje perfecto, al restaurante perfecto, y con la compañía perfecta.

Para los que no sois tan frikis del mundo gastro como yo, se trata del segundo mejor restaurante del mundo según la reconocida lista The World’s 50 Best Restaurant. Se encuentra en una calle adoquinada y anodina en la tranquila ciudad de Módena, donde nadie diría que se esconde semejante templo gastronómico.

Osteria Francescana es sin duda la joya de la gastronomía italiana desde que llegó a la cima en el 2016 en manos del talentoso chef Massimo Bottura, el cual nos lo cruzamos en la calle minutos antes de llegar, y nos saludó tremendamente agradable » Hi Guys!».

Este pequeño establecimiento es  reconocido también como no podía ser de otra manera con tres estrellas Michelin. Curiosamente, la reinterpretación moderna de su chef de los platos más tradicionales de la cocina italiana le valieron en sus inicios las críticas más feroces para después convertirse en el mayor de los reconocimientos.

Osteria Francescana

En el menú, Bottura teje narrativas a través de sus platos, jugando con las tradiciones y experimentando con ingredientes de la región de Emilia-Romaña, de donde proviene. No soy capaz de encontrar palabras para transmitiros lo que sentí y disfruté con aquella comida, en ese singular y modesto espacio influenciado por el arte y la música (en particular, el jazz), y adornado con obras de arte contemporáneo de alta calidad. Su lasagna reversionada, su parmesano en texturas o la tarta de limón «Opps, I dropped the lemon tart«, fruto de un accidente en su cocina en el que el postre se cayó al suelo, son, al igual que su decoración, verdaderas obras de arte.

Osteria Francescana

Pero ya que había que coger un avión para visitar uno de los mejores restaurantes del mundo, el viaje merecía un pequeño tour por La Toscana repleto de descubrimientos gastronómicos y de lugares maravillosos. Para empezar, os confesaré uno de mis caprichos en aquel viaje y es que como se trataban de fechas cercanas a Semana Santa, en todas las pastelerías podías encontrar una especie de bollo que se llama Colomba,  típico dulce de Semana Santa en Italia. Aunque a lo largo del tiempo su receta ha sufrido todo tipo de transformaciones, la masa original está hecha con harina, mantequilla, huevo, azúcar y la ralladura de naranja confitada, con un rico glaseado y con almendra.

Si alguno os animáis a hacer un tour gastronómico por esta bella región de Italia, aquí os dejo algunos tips que sin duda merecerán la pena:

Florencia

En esta inspiradora ciudad nos alojamos en el Hotel Palazzo Castri 1874, un hotel boutique en el centro de Florencia, donde destaca el desayuno por su corta pero irresistible gama de dulces, sobre todo el Cornetto relleno de chocolate y el relleno de crema. He de decir que el Cornetto es el desayuno más común en Italia, acompañado de un expresso o un capuchino, y no me cabe duda, pues están deliciosos. Pero no solo los hay  de chocolate o crema, también pueden estar rellenos de mermelada de albaricoque y pueden estar cubiertos de azúcar en polvo o de almendras molidas.

Hotel Palazzo Castri 1874

Si visitáis Florencia tenéis una parada obligatoria gastro y se trata de Officina della Bistecca, una antigua carnicería que estaba regentada por Dario Cecchini y que ahora se ha convertido en un sitio de referencia. Eso sí, hay que ir en coche porque está a 1 hora de la ciudad. Fue una recomendación de mi amigo Lorenzo Verlicchi, creador de los café gourmet The Coffee Hat, los cuales os recomiendo también.

Aquí se puede degustar la tradicional Bistecca alla Fiorentina. Su ubicación no tiene perdida, se encuentra en Panzano in Chianti, en plena Toscana, y su precio por persona es de 50 euros, en el que se degustan diferentes partes de la vaca, cocinadas a la brasa, salvo el steak tartar, acompañadas de vino local, hortalizas crudas y Fagioli (alubias blancas). Es una experiencia muy divertida, en la que todos comparten la misma mesa e incluso algunos entrantes, mientras se hace la carne en las brasas de ese mismo comedor.

Officina della Bistecca

Otra de mis recomendaciones y que también pude probar en esta ocasión, es Trattoria Zà Zà, situada en la plaza del Mercado Central, lugar clásico para todos aquellos que se acercan a conocer Florencia. Merece mucho la pena, no solo por la comida, sino por la decoración, que viene dada por la pasión a las antigüedades de su dueño Stefano Bondi.

Trattoria Zà Zà

También podéis acercaros a La Coccotte para un café o tomar la famosa tarta de pistachos de la Enoteca Pichiorri, si vas en busca de una buena pizza la Bottega Conviviale es el lugar, y si lo que te apetece es comida típica toscana puedes visitar la Osteria dell Enoteca.

Además,  podéis ver más recomendaciones en un blog que me ha servido de inspiración en este viaje, Girl in Florence.

Siena

En Siena nuestro alojamiento fue en el Hotel palazzo Ravizza, un pequeño hotel con encanto en el centro de la ciudad fundado en 1920. Cautivan sus vistas panorámicas a las colinas de la zona.

Vistas desde el Hotel Palazzo Ravizza

En la mismísima Plaza del Campo se sitúa el restaurante la Antica Siena que es una buena propuesta si quieres comer en el centro de la ciudad, con unas vistas brutales a la torre di Mangia. Otra de las recomendaciones, en este caso por la guía Michelin es la Taverna San Giuseppe.

Montepulciano

Llegamos a Montepuliciano donde se encuentra el famoso Café Poliziano con vistas al valle, donde están los viñedos con los que se hace el Chianti, uno de los vinos tintos italianos más prestigiosos y conocidos en el mundo.

Aquí os dejo dos restaurantes para visitar y recomendados por la guía Michelin. Le Logge Del Vignola y La Grotta, a este último no pudimos ir porque estaba cerrado.

Pienza

En esta pequeña ciudad no hay mucho donde elegir, nosotros comimos en Sette di Vino sus crostatas de queso pecorino, un divertido restaurante regentado por un propietario con mucho genio y muy original…no esperes pedir un refresco, o comer más allá de tostas o quesos. ¡Imprescindible reservar!

Montalcino

Si visitas Montalcino no te puedes marchar sin testar el vino de Brunello,y a ser posible, en la bodega más famosa del lugar, Castello Banfi.

Se trata de un vino elaborado en la región vitivinícola de Toscana y se elabora exclusivamente con uvas Sangiovese cultivadas en tierras que se encuentran cercanas a Montalcino, un maravilloso y pequeño pueblo toscano que se encuentra al sur de Siena.

Toma el nombre de “Brunello” porque de esa manera se le conoce a la Sangiovese que crece en esa zona, además su traducción al español significa “poco oscuro”. El Brunello di Montalcino es el vino de mejor reputación y excelencia que se puede encontrar en Italia.

Además de la variedad de uva Barolo y Barbaresco, la Brunello di Montalcino es una uva que es considerada una de los más importantes crecimiento en Italia, ya que alcanzó su reputación a finales de la Segunda Guerra Mundial. Al igual que con otros tipos de vinos italianos, el Brunello di Montalcino cuenta con una ley que regula su producción y esta se basa principalmente en que el vino debe ser elaborado en su totalidad de uva Sangiovese.

El método de producción utilizado para obtener esta bebida es muy importante, ya que cuenta con un proceso de envejecimiento de entre dos y medio a cinco años en barricas de madera. Este almacenamiento le proporciona características complejas mientras le brinda un sabor vigoroso, seco y de taninos más fuertes.

Otra reglamentación es que tiene que estar envejecido, como mínimo, durante cuatro años y cinco para Vinos Gran Reserva. De esos años, al menos dos deben ser almacenados en barricas de roble y, finalmente, deben tener una etapa de embotellamiento de cuatro meses antes de ser lanzados al mercado para la venta.

Castello Banfi

San Gimigniano

En San Gimigniano os recomiendo el  Ristorante BelSoggiorno y más en particular,  unos fabulosos Gnocchi con trufa blanca que te hacen la boca agua en Da Pode.

Bolonia

Y nuestra última parada fue en  esta ciudad universitaria, que también ofrece algunas propuestas gastronómicas que bien merecen una visita. No dejes de tomar un café en la Piazza maggiore en Signorvino. Si os gusta la pasta, pasaros a probar unos Tortellini dorados en el Ristorante Bitone. Podéis también consultar este artículo con más sitios chulos… ¡Ci vediamo presto, Italia!

Ristorante Bitone

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