Esta es la historia de Enrique, José María y Juan. Tres locos y amantes del buen comer y, curiosamente, insaciables cazadores de bocadillos de jamón, que singularmente les gustaba maridar nada menos que con champán, ese aún gran desconocido por muchos madrileños. Por eso, decidieron hacer una bocadillería sin tapujos, “nuestros bocadillos no son light, ni llevan guacamole con reducción de Oporto,… se me entiende verdad? jajajajaja”, explica Juan. Eso sí, los molletes los traen de una panificadora  de Cádiz sin un solo conservante, su chapata es extrafina, la palabra serrano no se pronuncia en su local pues sólo se habla de bellota y el champán es… francés, porque no podía ser de otra manera.

#quenomeladenconqueso. Ese, es precisamente su slogan. Y su nombre, Bocadillo de Jamón y Champán. Hace muchos años, empezaros a pensar que si algo caracterizaba la cultura española ese era el jamón y el bocadillo, y que no existía un sitio donde se hiciese la bocadillería española con cariño, fuese consumida por un público selecto y en un entorno joven y estuviese alejado de la decoración típica de la taberna typical Spanish de máquina tragaperras y palillo. “¿Cómo pueden existir mil sitios de buenas hamburguesas (que las hay), de hot dogs, de kebabs y no existir un buen sitio de bocadillos españoles de jamón, de lomo, de chorizo o de sobrasada…?!!”, añade Juan.

Y entonces fue cuando pensaron que había que repensar ese lugar, evocador de tantos bocadillos que nos hemos comido en lugares perdidos y con pan de pueblo. Y eso es precisamente lo que han lanzado. Simplemente, o no tan simple, hacer bocadillos con ibérico siempre de bellota inspirándose en las recetas típicas de cada región. 

Pero además, quieren ser una bocadillería al momento. Non son fans de los bocatas apilados  a la vista, sino de elaborarlos in situ y con el pan siempre horneado al instante. En su carta, bocadillos con nombre propio de amigos suyos: Páez, el andaluz, un mollete con lomo bellota, aceite de oliva virgen extra y tomate natural triturado, Txema, el vasco, con pan de horno de leña, paleta de bellota y  pimiento verde a la brasa, Telmo, el navarro, con pan cristal, paleta de bellota, queso cremoso, pimiento del piquillo y cebolla caramelizada… y acompañado de salmorejo, gazpacho, o tabla de quesos, al cual, y finalmente, también decidieron hacerle un hueco.

En manos de Javier Gila, Presidente de la Asociación de Sumilleres, está el otro must del local, la carta de vinos y champanes. Todos disponibles por copa, vinos jóvenes como mínimo de crianza y 6 champanes  a unos precios desde 5 euros, “que los que saben de champán, alucinan”, comenta el socio.

Respecto al diseño, todo high level, alejándose de los clásicos y estilo vintage, con madera de encina o la mejor cristalería, fruto del trabajo del estudio Lucas y Hernández-Gil, encargado del interiorismo e imagen.

Bueno qué… ¿nos vamos de bocatas?

Precio medio: Bocadillo 6,50 euros, con copa y entrante alrededor de 20 euros.

Dónde: C/Fernando VI, 21

Web: http://www.bocadillodejamon.com/ // Facebook