UN DESCUBRIMIENTO EN BILBAO: EL RESTAURANTE BELTZ DEL HOTEL DOMINE
Dicen que las mudanzas, junto con las enfermedades y los hijos, es una de las situaciones más estresantes que pasan por la vida de una persona. Y yo, aquí abiertamente, lo ratifico. El hecho de desarmar una casa y deshacerse de tu zona de confort me ha generado una sensación de desprendimiento y vulnerabilidad que no se la deseo a nadie. Yo, cuadriculada donde las haya y dependiente de todas mis rutinas habidas y por haber, me he visto por un momento lanzada al abismo de lo imprevisto y la desorganización. Así, sin anestesia.
Pero en fin. Parece que después de dos días del caos más absoluto al menos he encontrado un lugar en mi nuevo hogar, por llamarlo de alguna manera, donde poder escribir a gusto y olvidarme de pintores y electricistas, con el respeto que les tengo por delante.
Tanto es así, que me he venido arriba y quería acompañar mi rutina de teclear con un café calentito y algo de fruta. Pero hazaña bien complicada es adentrarse en una cocina repleta de utensilios, así que por el momento, me he de conformar con haber conseguido instalar la fibra óptica y poder colgar estas palabras de desasosiego entre todas estas cajas, plumeros y ropa de usar y tirar.
No puedo evitar que me venga a la cabeza aquellos añorados tiempos en los que una vivía mejor. Y en concreto, me viene el recuerdo de aquel desayuno que hace apenas unas semanas degustaba en lo alto de la terraza del Gran Hotel Domine de Bilbao. Pagaría por sentir ahora esa sensación de bienestar y estabilidad, disfrutar de sus vistas espectaculares sobre el museo Guggenheim mientras sorber pausadamente la taza de café pero sobretodo, deleitarme con el que ya es reconocido como uno de los mejores desayunos de la ciudad. Cesta de panes y bollería artesanal, fruta cortada, servicio de carta con diferentes elaboraciones con huevos….y todo sin levantarte de la mesa. Y es que, el Gran Hotel Domine es en sí, motivo ya de viaje y parada turística de todo turista cosmopolita que se precie.

Puppy de Koons, el perrito de vegetación situado enfrente del museo Guggenheim, te saluda desde la habitación si te asomas a disfrutar de las impresionantes panorámicas pues el hotel está situado en el reconocido Art District, rodeado también por el museo de Bellas Artes, la Torre Iberdrola y el Palacio Euskalduna.

El sello de la gran calidad del hotel lo pone la cadena Preferred Hotels & Resorts, pues pertenece concretamente a su exclusiva colección LVX. No voy a profundizar en el icono arquitectónico del inmueble del que seguro sois ya bien conocedores. Pero no quiero dejar de mencionar que si visitas la ciudad, merece la pena adentrarse en su interior para observar su instalación cinética “A Million Times 120” del vestíbulo, una intervención artística que apela al tiempo con la sincronización de nada menos que 120 relojes. Y baste completarlo también con echar un ojo a su enorme Ciprés Fósil del atrio que se acompaña de un estanque de agua creada por Mariscal con más de 80 mil piedras de río.

Podría seguir comentando todas las maravillas de este hotel como su cuarto de baño al descubierto o domótica integrada…, pero me debo a vosotros, lectores foodies, por lo que aquí viene mi principal descubrimiento gastronómico.
Sin duda y bien sabéis que la oferta culianaria de Bilbao no deja indiferentes a nadie, pero lo que también es cierto es que cada vez que visito estas tierras, la ciudad te ofrece nuevas propuestas a cual mejor que la anterior, de gran calidad y cuidada materia prima, como la que hoy traigo a comentaros.
En concreto, hacía años que no visitaba de nuevo este hotel, y la reforma realizada en el año 2017 sin duda ha merecido la pena. Continúan las señas de identidad que Javier Mariscal y Fernando Salas le dieron en su construcción hace quince años, pero también nos han traído novedades con el cambio.
Además del bistrot más casual situado en los bajos del edificio (Le Café) y su versátil bar (Sixty-One) en el lobby donde degustar un cóctel de autor o un picoteo, el establecimiento ha inaugurado recientemente restaurante, a pie de acera con acceso directo por la calle Mazarredo Zumarkalea.
¿Su nombre? BELTZ, que significa negro en euskera y que define muy bien la elegancia y sobriedad tanto de su continente como de su contenido.

Espacio sobrio de piedras y maderas que combina dicho color con blancos y terciopelo verde, y que sutilmente desvía la atención y el protagonismo a los platos.
En manos de la cocina, se encuentra su chef Abel Corral, que combina tradición y vanguardia con elegancia, actualizando la gastronomía de la capital de Vizcaia.

En consecuencia, encontramos en carta mayoritariamente producto local reinterpretado con la creatividad del cocinero. El restaurante solo se puede conocer de noche, y en mi caso me pareció perfecto para una cena en pareja que como nosotros, queríamos descubrir algo más de la cocina vasca.
No en vano, su chef bilbaíno de 36 años que ocupa el puesto de cocina desde febrero de 2016, ha trabajado mano a mano con los mejores cocineros. Forjado en la cocina junto a su padre desde los 14 años, Abel se formó en la Escuela de Hostelería de Bilbao para posteriormente aprender de Andoni Luis Aduriz en Mugaritz, de Eneko Atxa en Azurmendi o incluso de Ferran Adrià en El Bulli. De hecho, en el restaurante del Gran Hotel Domine pudo también trabajar junto a Martin Berasategui, por lo que experiencia no le falta. Sin duda, un gran reto para él, que le ha brindado la oportunidad de desarrollar su identidad propia, y de la que hay mucho recorrido.
Ya desde el inicio te avisan con un pequeño detalle de que aquí se viene a comer producto local reinterpretado, como muestra la foto con este pulpo que se acompaña de maracuyá:

Así, ofrecen como entrantes, almejas al gusto, bien sea marinera, a la plancha o en salsa verde, gambas rojas a la plancha o en consomé de jengibre o vieiras asadas y glaseadas al tamarindo. Yo destaco por encima de todos, estos hongos salteados con puré de tubérculos trufados y huevo:

Nosotros nos decantamos por los pescados, que son buena muestra de la actualización de la cocina vasca con claros ejemplos como la merluza frita sobre ragout de marmitako de begihaundi o este delicado rodaballo con habas con reducción de Tempranillo y langostinos y esferificacion de queso Idiazábal:

Yo degusté el taco de bacalao confitado sobre txangurro al pil pil de setas, una combinación deliciosa y tremendamente fresca:

Asimismo, ofrecen en carta también sólidas propuestas de carne que en esta ocasión no probamos, como el solomillo salteado a la sartén que se acompaña de dulce de pimientos y puré de tubérculos a la crema, un foie asado sobre toffee dulce de boniatos, tallarines gelificados de piña y nata a la pimienta rosa o incluso caza como el pichón reposado sobre trigo sarraceno, aromatizado con posos de café y cremoso de sus higaditos.
Los postres, son sin duda, al cosolidación de que en este comedor hay gran dominio de la complejidad y técnica, como así se muestra en este parfait de avellanas sobre requesón casero, al que el chef añade sorprendentemente polvo de albahaca y lo completa con helado de calabaza avainillado y un crujiente de naranja.

El espacio ofrece asimismo menú degustación con posibilidad de maridaje, y una carta muy completa de vinos con inclusión de las mejores cosechas de Vizcaia.
Y hasta aquí este nuevo descubrimiento gastro donde encontrar renovados matices y un producto local muy bien mimado. Hasta la siguiente visita,¡Bilbao!
Precio medio: Menú degustació 65 euros y maridaje 25 euros. Precio de carta desde 55 euros.
Dónde: GRAN HOTEL DOMINE C/Alameda de Mazarredo, 61 Bilbao
Horarios: El restaurante BELTZ abre de martes a sábado de 20:30h a 23:00h. Previsiblemente pueda cerrar alguna temporada para actualizar el menú
Tel: 944 253 300
Web: www.hoteldominebilbao.com