Cuando parece que en Madrid das una patada y salen de un plumazo cuatro restaurantes nuevos, si no son más, cada semana, es importante no olvidar aquellos clásicos, que durante años han sabido adaptarse y evolucionar, y que no son fruto de modas o diseñadores famosos de interiores, lo cual es muy loable. En este caso, he querido hacer un hueco en mi blog al Grupo Ondarreta, que con 50 años de experiencia, se ha posicionado como un referente en el sector hostelero y sin duda, ha destacado también por su servicio de catering.

De entre sus varios restaurantes Normandie, Las Tablas, El Pabellón de la Casa de Campo y La Moraleja, hoy os vengo a hablar de este último, el más joven y con el punto más gastro de los cuatro, que tuve ocasión de conocer hace algunas semanas por mi amigo Javier Munárriz, que tantos buenos sitios me recomienda.

La ubicación, aunque a las afueras de Madrid, no es el punto fuerte para los que vivimos en el centro, pero sin duda, permite airearse y salir del a, b, c de los restaurantes de moda. Porque si de lo que se trata es de comer bien, en un local bonito y a buen precio, entonces es visita obligada, y más, para aquellos que viven por la zona de Alcobendas.

Reconozco que lo primero que me sorprendió al llegar fue su decoración. De propuestas clásicas esperas locales old-fashion, con poca luz, colores cobrizos o moquetas. Pero, sorprendentemente, la puesta en escena era muy confortable y a la vez, moderna. A cargo de Alternativa Decoración, el local estaba dividido en dos plantas, la de abajo con una confortable barra:

Y la de arriba con el comedor, a modo de biblioteca con colores pastel y sillas muy cómodas.

Asimismo, sus dos terrazas, son sin duda un plus para el verano, aunque el local es tremendamente luminoso.

Respecto la carta, destaca una buena propuesta de platos para compartir, con los básicos de siempre como croquetas, jamón o pulpo, pero también, alguno más elaborado como las flores de calabacín con gambas y puerros o el micuit de pato con salsa Cumberland.

Pero la especialidad del restaurante, sin duda es el tartar de solomillo de ternera, que preparan al momento y en el que destaca una muy buena materia prima, el delicado corte, la potencia de la mezcla y sabor intenso:

Además, proponen otros como el de salmón o el de atún rojo con galletitas de sésamo:

No faltan tampoco las ensaladas, curiosamente proponen una de quinoa con frutas de temporada y vinagreta de nueces. Guisos y platos de cuchara, como los callos o el estofado de rabo de toro, y arroces y pasta, (me dejo para la próxima visita el risotto de boletus y parmesano cremoso) son la antesala una propuesta de mar y montaña subrayable, por su buena relación calidad precio.

La merluza rebozada con tinta de chipirones, muy suave y con un rebozado crujiente…

…o el entrecote fileteado, platos que rondan los 16 euros, es una buena muestra de ello, con materia prima excelente:

Y como postre, imprescindible concluir con un clásico como la tarta tatin.

En definitiva, y como podéis comprobar, se trata una propuesta honrada, cualitativa, con platos poco maquillados, muchos de ellos ligeros.

Y es que, y aunque hay alguna opción más elaborada, Ondarreta La Moraleja siempre antepone el producto a la innovación.

No podemos pedir más.

Precio medio: 35 euros

Dónde: C/ Begonia,135 (junto C.C. los Porches) El Soto de La Moraleja

Tel.: 911 280 203

Web: http://www.ondarreta.es/ondarreta-la-moraleja/