FORTE, RECONCILIACIÓN A LA ITALIANA
Los restaurantes italianos no son especialmente voto de mi devoción. Salvado algunas excepciones que cuento con los dedos de la mano, como Più di Prima, Don Giovanni, La Tavernetta, Mercato Ballaró o Maruzzella, en su mayoría me resultan repetitivos y, digamos, poco originales. No me divierten. Prueba de ello es que en mi blog no existe sección temática y podréis encontrar sólo algunos retazos del país mediterráneo.
Tengo además, otra razón de peso para evitar cenar, y más en concreto, pizza cuando puedo. Hubo un tiempo en que alternaba con un affaire que todas las noches llamaba a Telepizza y luego me mandaba la foto de la variedad elegida. Al principio me resultaba curioso, pensaba que detrás de aquellas imágenes había oculto un mensaje subliminal que desconocía, que esas fotos eran algo más que simples fotos y que “una pizza valía más que mil palabras”. Pero cuando la única vía de comunicación con tu partenaire al final se reduce a mandarte fotos de su cena, llámame soñadora, llámame loca, pero algo falla en la susodicha relación. Así que decidí liberar a mi galería fotográfica de mozzarellas, pepperonis y champiñones, y hacer borrón y cuenta nueva.
Normal, comprenderéis, que cuando Javier Fernández Piera, Directo de la agencia CPC cooking Ideas, me invitase a cenar a FORTE, no diese, precisamente, saltos de alegría. Por un lado, por evitar quitar el polvo a dichas efemérides del armario, y por otro, por mi carácter desconfiado, receloso, escéptico a la par que poco esperanzador de encontrar realmente algún italiano que pudiese sorprenderme. Se trataba de una cena de blogueros, de las que te dejas llevar y terminas probando media carta por aquello de dar buena cuenta de los platos, así que luego tienes que estar dos días a dieta de piña y agua. No suelo acudir a este tipo de encuentros, prefiero ir de incógnito y a mi aire. Pero el caso es que tenía ganas, por un lado, de conocer a Javier, especialista en esto del mundo gastronómico, así como de cotillear en qué se había convertido el desaparecido restaurante Bam-Bou del Grupo Shikku, aunque también, que todo hay que decirlo, tampoco era mala ocasión para actualizarme y saber lo que se estaba moviendo en el cotarro de mis camaradas blogueros.
De lo que tampoco soy fan, eso bien lo sabéis, es de recomendar abierta y encarecidamente restaurantes. Cuento mi experiencia, y allá cada uno con su tiempo libre. Y si no me gusta, no lo publico, que ya llegará alguien que lo haga porque le guste, o por cualquier otro motivo que yo desconozco.
Y sin embargo, aquí me tenéis escribiendo de un italiano, cosa poco frecuente como os indicaba. Y esto es porque, o bien este establecimiento me ha ayudado finalmente a hacer catarsis con el mundo pizzero, o bien, es que realmente, en este caso bien merece la pena hacer el esfuerzo de daros el detalle. Así que hoy vamos a mojarnos un poco.
Que los dueños son italianos, eso no tiene nada de original, sino más bien lo contrario. Tres amigos enamorados de España, Andrea, Mattia y Ranieri, emprendedores que han decidio abrir tres restaurantes italianos en Madrid: FORTE, FORTINO y FORTISSIMO. Y su concepto: muy sencillo, ofrecer verdadera cocina italiana, a buen precio y en un entorno moderno.
Que dicho así, la cosa no tiene mucho misterio, os estaréis preguntando. Sin embargo, lo que diferencia FORTE de otros establecimientos, es precisamente eso, que es de verdad un italiano, a secas, como el que podría encontrar en Italia. Producto, producto y producto 100% importado. Con una presentación rasa y llana. Porque no hay ni grandes florituras ni decorado. Aquí es materia prima pura y dura, y eso, se nota.
Los ingredientes provienen de todo el país y de negocios de confianza, pasando por Roma, Nápoles o Sicilia. La pasta la importan de un pueblo llamado Gagnano, conocido por su elaboración artesanal. Los tomates, son también extranjeros y tienen forma de dátil, más cargados de sabor que los clásicos cherry. Y la charcutería es de producción propia del padre de Andrea, que cría cerdos “Di Cinta Cenese”, y de los cuales se extrae dos embutidos como el cappocollo o la arista, similares a lo que podría ser un jamón o lomo de jabugo o bellota. Ofrecen además, auténtica mortadela clásica, trufada o con picante acompañados con pizzela, un pan típico de la cocina napolitana.
Otro ejemplo de la autenticidad de este italiano es el pan, de elaboración propia, para el que sólo se usa el agua de Madrid (y porque no les queda más remedio), pues el resto de ingredientes, como la harina, las levaduras o incluso el horno, provienen del país nativo. La pizza es quizá el plato estrella de FORTE. Tal es su expertise en masas madres, que en función de la época del año y según la humedad, son capaces de identificar variaciones en su textura y gusto.
Éstas se preparan cada día utilizando mezcla de harinas artesanales italianas que se dejan fermentar un mínimo de 48 horas y se cuecen en un horno de piedra. En el caso de FORTE, pues nunca sabes si es mejor base gorda o fina lo que va en función de gustos, su masa es lo suficientemente fuerte para sostener los productos pero lo suficientemente ligera y crujiente para que no se haga pesada, manteniendo su figura ovalada como lo fuera en sus inicios y antes de la llegada de las grandes cadenas de pizza. Ofrecen además, una especial y del mes, que en el caso de la que yo probé, estaba compuesta por crema de calabaza, mozzarella de buffala y capocollo, y que me resultó sencillamente deliciosa.
La carta se completa con una selección de entrantes como las tablas de embutidos de la Toscana, mozzarela y burrata del sur de Italia o el jamón de Parma, y con unos primeros y segundos platos que son preparados siguiendo las antiguas recetas tradicionales, como la pasta alla carbonara (que sorprendentemente realizan sin nata) o la pasta «Mezzi Paccheri», con salsa de tomate, mozzarella de Bùfala, parmesano y albahaca.
Paso a recomendaros los tres platos para mi imprescindibles si os decidís finalmente a ir. En primer lugar, un pisto exquisito compuesto por berenjenas, salsa de tomate, piñones y pasas, típico de Sicilia, la Caponata:
Los corazones de burrata, llamados Stracciatelle, que son la parte más tierna del queso, del que sólo sirven el interior, y lo proponen clásico, trufado o con tomates secos acompañado de pestos:
Y el Pallotte, llamado “la comida del pastor”, una suerte de albóndigas fritas de miga de pan, salsa de la carne, panceta y parmesano, que unifican todos los “restos” que los pastores comían, servidas sobre crema de cebollas, muy contundentes:
Respecto a los postres, tres exquisitos. La tarta de queso de ricota, peras y mermelada. Su tiramisú, más original de lo que estamos acostumbrados y su torta caprese, una tarta de chocolate y almendras servida con helado artesanal de vainilla y postre también muy típico italiano.
El diseño del local ha corrido por parte del estudio More&Co, buscando un contexto contemporáneo. Porque en FORTE no sólo se cuida contenido sino también continente. De hecho se aprecia el gusto por el detalle pues alguno de sus socios como Andrea trabajó en marcas de lujo como Tiffany y Bulgary. Dispuesto en tres espacios distintos, la entrada para el tapeo más casual:
El comedor decorado en blanco y acogedor además del salón verde y más cálido para cenas mas formales, cuenta como añadido con un reservado para 12 personas con pantalla gigante de tv.
No en vano, los camareros además de simpáticos, como Lucca, su encargado, son especialmente guapos, que vamos a decirlo, se agradece, pues para la selección acudieron a la tienda Abercrombie. Y ojo, curioso que cuando entras al local y al mirarlo de frente, se aprecia cada letra del nombre del italiano en una de las distintas zonas.
Algún detalle más. Es el único local de Madrid donde se puede tomar la “birra” Nastro Azzurro de grifo, mientras los apasionados de vino tienen una amplia selección italiana. Su cocina abre non stop y también domingos, día que por cierto y guardando la tradición italiana es el día de la pizza, por lo que se hace un local perfecto para acudir con niños o para aquellos italianos que almuerzan antes. Disponen de take away (doy fe de que me llevé las sobras que aquello no podía quedarse en el plato) y proponen además un menú diario de 12 euros.
Y para los que van con prisa, siempre queda FORTINO, el “street Food Italiano” de Platea, donde además de las pizzas en bandeja y al corte, ofrecen los suppli, ricas croquetas rellenas de risotto o focaccias rellenas de mortadella y mozzarella. Y en breve, a la espera de la apertura de FORTISSIMO en Aravaca.
En resumen, productos italianos de altísima calidad, auténticos, genuinos y de productores de confianza. Supongo que ahora entendéis porqué me he reconciliado con el mundo de los italianos. Habrá que repetir para probar la otra mitad de la carta.
Precio medio: 25 euros
Dónde:
- FORTE – Serrano 85, Madrid. Horario: de 9.30h a 01:00h.
- FORTINO – Platea Madrid. Goya 5, Madrid
- FORTISSIMO – Aravaca Village. Camino De La Zarzuela (Próxima Apertura)
Tel.: 91 411 01 98
Web: www.fortepizza.es
Terrible decepción