HONEST GREENS, EL RESTAURANTE QUE MERECE VISITA
Que no, que comer de forma saludable no es antónimo de lo bueno. Y sino, hacedme caso e ir a visitar este nuevo y desenfadado restaurante de Madrid. Por favor. No hace falta ni reservar. Porque estoy segura de que os pasará como a mí, y quedaréis soprendidos de lo rico que está todo. Sin lugar a dudas, es uno de mis últimos descubrimientos y también, de los que más me han llamado la atención.
Y es que la tendencia de lo healthy es ya una realidad en nuestra capital, donde por fin se ha conseguido que abran restaurantes en los que la originalidad y el sabor mariden perfectamente con saludable.
¡Y en Honest Greens dan muestra de ello! Este local se aventura como el embajador de la cocina que llaman fine casual, inspirado en la tendencia de cocina sana de ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Sydney o Copenhague. Para mí es algo bastante revolucionario en Madrid, porque a pesar de que conozco muchos sitios de cocina vegana o raw (ver mi post con el mapa de estos restaurante aquí) sin duda esta es una alternativa más democrática para un público que busca comer igual de rico que en cualquier otro restaurante, pero cuidando mucho el origen de la materia prima o las cualidades de los alimentos.
La apertura de la que os hablo está en pleno corazón de Azca, y su propuesta es tan verde como honesta con productos de temporada y cercanía pero no sólo es apta para vegetarianos, lo cual la hace accesible a todos los públicos.

El local está concebido como una gran cocina abierta con show cooking incorporado. No obstante, con esfuerzo se pueden diferenciar tres espacios: cocina, sala y una terraza cubierta. En todos ellos se respira frescura, dinamismo y naturalidad, donde conviven mesas altas y bajas sin mantel y una gran mesa alta de madera comunal con cortinas de esparto y macetas de mimbre que cuelgan de los techos. Se trata de un local muy versátil perfecto para cualquier hora del día y para todo tipo de compañía, aunque yo lo recomendaría más de día que para una cena formal por la noche.

En los fogones, Benjamín Bensoussan, un chef que ha hecho escuela en cumbres como Noma o Mugaritz y que ahora pone en práctica su talento al servicio del producto fresco. Propone una oferta 100% sin azúcares añadidos, sin procesar y adaptada a las distintas dietas, a base de productos frescos y saludables de pequeños agricultores locales que producen de manera responsable y sostenible. El resultado, una cocina que realmente sienta bien al cuerpo y probablemente a la mente. Su cocina abierta al público nos lleva desde ensaladas a carnes pasando por unas deliciosas guarniciones de todo tipo.

En el restaurante, debes elegir tú en el propio mostrador la comanda e indicarla en la caja, que después te acercan a la mesa. Su carta es ligera y muy sabrosa, acorde con la temporada y con gran protagonismo de las verduras. Ofrecen dos opciones de platos principales, por un lado el llamado market plate que trata de un plato básico con base de proteína a elegir entre pollo de granja, tofu fresco asado a la pimienta negra y miel, tataki de atún yellowfin, falafel casero o ternera madrileña, que se puede acompañar de guarniciones espectaculares – a mí fue lo que me conquistó, sin duda, por lo deliciosas que estaban y por su colorido – como la calabaza asada con pico de gallo, la remolacha asada con crema de albahaca, el boniato orgánico, lentejas pardinas con yogurt y hierbas frescas o el coleslaw de apio y repollo con eneldo, mostaza y cerezas semisecas.

Otra opción es pedirte el garden bowl, que consiste en una ensalada, a mi me encantó la spicy kale con espinacas orgánicas, aguacate, brócoli y zanahorias, pero me quedé con ganas de probar la avocado supergreen con rúcula y espinacas orgánicas, canónigos, aguacate, portobellos orgánicos salteados, remolacha, tomate cherry, pepino, amapola, alfalfa y soja y la ginger-honey queso de cabra con boniato orgánico y pétalos de cebolla morada asadas, judía fina, pera, nueces, arándanos semi-secos, queso de cabra, rúcula y espinacas orgánicas.

Asimismo, hay hueco para el postre, porque si eres de dulce sus propuestas son 100% caseras, sin gluten y sin azúcar añadido. La tarta de zanahoria estaba impresionante. Al igual que sus bebidas, entre las que se puede elegir un cold pressed juice, aguas frescas caseras de distintos sabores o su zumo verde. Ojo, porque aquí no hay refrescos, lo cual yo eché en falta, para qué vamos a engañarnos 😉
Además, servicio rápido, muy buen precio y ambiente relajado. Sin duda, merece visita. ¡Y ya me contarás si te ha sorprendido tanto como a mí!
Precio medio: 20 euros
Dónde: Paseo de la Castellana, 89
Tel.: 91 421 50 11
Muy buenas sugerencias de restaurantes! Por favor sigue mi cuenta de instagram @thehungryfoodietrip
Un saludo!