LUX, THE PLACE TO BE EN MADRID
Me había llegado el eco de una nueva apertura en la calle Jorge Juan hace algunos meses que sin duda iba prometer. Tras varias investigaciones, confirmé antes del verano que el autor era nada menos que el reconocido Grupo La Máquina, uno de mis referentes gastronómicos en Madrid desde hace ya muchos años. Asidua de sus restaurantes de Ponzano y La Moraleja, de vez en cuando los visito cuando me entra antojo de ir a su barra bien a degustar una ensaladilla o un pincho más improvisado, bien a comer alguna de sus propuestas de carnes y pescados en el comedor.
Así que tras varias semanas frotándome las manos y afilando los cuchillos a la espera, allí acudí hace un par de sábados, con la clara intención de disfrutar de una noche especial en plena milla de oro madrileña en el que sin duda va a ser uno de los referentes gastronónicos a partir de ahora, LUX Madrid.
El restaurante se distribuye en cuatro plantas donde no falta de nada. Es quizá el proyecto más ambicioso del Grupo La Máquina, que ha querido rizar el rizo y proponer una oferta sin precedentes en su historial.

La situación no puede ser más envidiable, ocupa todo un edificio de comienzos del siglo XX en la calle Jorge Juan, barrio más conocido ahora por Distrito 41, el epicentro de todos los locales de moda de precio medio-alto, tales como Amazónico o La Bien Aparecida y donde además el Grupo dispone de otro local haciendo esquina con el callejón de Puigcerdá.

Su diseño es también un argumento de peso para hacerle una visita. Los diferentes espacios están inspirados en un paseo gastronómico por el mundo, con una capacidad de 150 comensales donde la luz es protagonista. La entrada es espectacular ya que coincide con la antigua entrada de carruajes del edificio y nos da una calurosa bienvenida entre enredaderas y techos de espejos.
Le sigue una bonita y cosmopolita barra de bar acompañada de mesas altas y bajas. Un primer espacio acogedor, muy dinámico idóneo para conocer la cocina de LUX Madrid si tienes menos tiempo o menos presupuesto, con una carta destinada al picoteo y la posibilidad tomar una copa hasta pasadas las 2 de la madrugada.

Las plantas dos y tres son las del restaurante propiamente dicho, y donde además, cuentan con un showcooking de sushi, donde se puede vislumbrar cómo se elaboran los platos asiáticos de la carta. La última planta todavía no está abierta pero esconde una terraza que sin duda podría ser el lugar perfecto para un evento o cena en petit comité.

Como os comentaba, la luz se convierte en un elemento integrador del espacio. Lo primero que llama la atención es el esplendor que emana del techo de la sala, ya que se ha mantenido completamente abierto, dejando a la vista el piso de arriba, así como la azotea y el impresionante techo revestido en madera, permitiendo que la claridad que se cuele e inunde cada rincón.
Para esta apertura al exterior que conecta las plantas 2 y 3, han tenido que condenar el suelo de una buena parte de comedor, lo cual indica la calidad de la propuesta. Esto se se confirma en otros muchos detalles. LUX Madrid ha cuidado con mimo sus vajillas elaboradas expresamente para el restaurante, manteles blancos y buenas cristalerías, además de un servicio muy atento que ha recibido meses de formación antes de la apertura. El comedor fluye con calma, con unos camareros atentos pero nada invasivos.

Repleta de influencias españolas, asiáticas, italianas, mexicanas y americanas, su carta, que defino de muy buen nivel, propone platos nonstop como el tartare de atún o el guacamole, acompañado de totopos caseros, una buena opción para ir abriendo boca antes de entrar en materia.

La propuesta incluye una variada carta de sushis, sashimis y nigiris, preparados a la vista en una cocina abierta como ya os comentaba. Aquí se aprecia el respeto que le tienen a un producto de alta calidad, bocados frescos y sabrosos correctamente presentados para buenos amantes de la cocina nipona.

Entre otros platos, la carta es extensa sin llegar a saturar, destaco sobretodo el carpaccio de gamba roja, un plato muy elegante, el papillote crujiente de bogavante o su espectacular carabinero XX asado que se sirve sobre un hueso de caña con su tuétano y velo transparente de panceta ibérica, muy recomendables para aquellos que aprecian combinaciones de mar y montaña.

Otro plato muy sabroso es la costilla de palo glaseada, confitada a baja temperatura y con barbacoa de Lamb’s Navy Rum, un must para los carnívoros y preferiblemente para compartir si se han pedido varios entrantes anteriores. Además, también ofrecen carnes y pescados a fuego lento por si llegado el momento todavía queda hueco para algo más.

Merece la pena probar la sección más dulce de la carta, donde podremos disfrutar de los tradicionales crêpes suzette, flambeados en licor de naranja y acompañadas de helado de vainilla, o el millefeuille relleno con crema y fruta del bosque.

En resumen, una propuesta 360º donde todo cabe y sin duda, el nuevo The Place To Be de la capital, donde dejarse ver esta temporada.
Precio medio: 45 euros
Dónde: C/ Jorge Juan, 22
Tel.: 91 833 42 55
Web: http://luxmadrid.es/