EL ODEÓN EN ODISEO, LA PROPUESTA MURCIANA QUE NO DEJA INDIFERENTE
Confieso que desde que Nazario Cano recibió una estrella Michelín en 2020 en el Restaurante El Odeón ubicado en Odiseo, Murcia, había experimentado sentimientos encontrados que retrasaban mi visita, hasta que hace unos meses me dejé sorprender por su cocina y su, cuanto menos, impactante entorno.
Para adentrarnos en este restaurante, merece dedicar unos párrafos a su ubicación, pues no deja indiferente a nadie. Odiseo, es el centro de ocio que lleva la firma del Grupo Orenes y que eleva a Murcia en un reclamo para muchos. En sus 15.500 m2 alberga seis plantas, y aviso a curiosos y amantes de lo ostentoso, que ninguna tiene desperdicio. Para empezar, la experiencia comienza por sus dos plantas de parking subterráneo, en las que, por supuesto, hay un espacio destinado al parking VIP con todo lujo de detalles y luces, que hacen que merezca la pena llegar con coche al recinto. Además, al más puro estilo clandestino, desde el parking también se puede acceder a un Poker Room que solo unos pocos podrán descubrir. Si subimos a la planta cero, encontramos el casino, un sport bar y el Bar Rojo, he de admitir que este espacio me pareció la bomba para tomar un coctel acompañado de su propuesta Nikei y al ritmo del piano en directo.
En la primera planta, comparten espacio una discoteca y un teatro donde se celebran dinner shows los fines de semana a manos de un equipo artístico parte del cual se ha formado en el restaurante ibicenco Lío y en compañías como Yllana. Una planta más arriba, encontramos el espacio gastronómico, compuesto por un bar, dos terrazas y dos restaurantes, uno de ellos ofrece una carta que se va renovando constantemente y otro, con una propuesta de alta cocina. Por último, en la cima se encuentra La Olímpica, una terraza reservada para eventos privados donde se cocina en directo y se encuentra la emblemática piscina con voladizo más grande de Europa, y segunda del mundo, sólo superada, nada más y nada menos, que por la piscina del Marina Bay Sands, en Singapur.
El artífice de esta singular construcción es el arquitecto murciano Manuel Clavel, quien ha firmado proyectos internacionales de prestigio, como el restaurante Mix de Alain Ducasse en Dubai, el Urban Jam del Musem Garage en Miami o el recién inaugurado restaurante Chambao de Madrid.
El diseño del edificio es radical, se compone de un zócalo de dos niveles decalados entre sí sobre los que cae una celosía de tubos metálicos que soporta el gran rótulo de Odiseo y cuya corona es la terraza atravesada por la piscina en voladizo. Todo el diseño trata de ser una oda al Mediterráneo, con estancias decoradas con conchas y geometrías que fluyen como las olas del mar que se sumerge en una iluminación pensada para generar una experiencia inmersiva, aunque para mi gusto es demasiado cálida y desfavorece un poco la experiencia especialmente si a Instagram se refiere.
Toda la oferta gastronómica que podemos encontrar en los distintos espacios de Odiseo está liderada por Nazario Cano. Hijo y nieto de cocineros, comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo de la gastronomía a los nueve años en el restaurante alicantino La Goleta. Su precocidad y buena mano en la cocina, unidas a su gran ambición por el conocimiento gastronómico y por innovar le llevaron a trabajar con solo 15 años junto a José Manuel Varo en el restaurante Delfín, con una estrella Michelin. Posteriormente ha trabajado a las órdenes de ilustres de los fogones como Martín Berasategui, Juan Mari Arzak, Manuel de la Osa, Ferrán Adrián o Alain Ducasse. Pero fue en 2017 cuando conquistó su propia estrella Michelín en el restaurante El Rodat de Jávea. Y con ganas de acoger nuevos retos y seguir creciendo, es en 2020 cuando se incorpora al grupo Orenes para liderar el espacio gastronómico de Odiseo.
El Odeón, es el buque insignia de este complejo, donde Nazario busca los orígenes y recuperar aquellas recetas de platos y elaboraciones tradicionales para fusionarlas con la cocina actual, dando como resultado dos menús degustación que han sido reconocidos por una estrella Michelín y dos soles Repsol. El trato de todo el equipo es exquisito, permitiendo que nos centremos en disfrutar de cada detalle. Y el ambiente, vuelve a envolvernos con un aura mediterránea que marida a la perfección con la propuesta gastronómica.
Ofrecen un menú de 90 euros de unos diez pases, y otro, más largo, de 120 euros con aproximadamente quince pases. El maridaje va aparte y suma a la cuenta entre 60 y 90 euros, pero enriquece considerablemente la experiencia. Todo el menú rezuma producto y tradición local, pero siempre desde el punto de vista más actual y creativo, con el producto marino como hilo conductor. Y, como no podía ser de otro modo, exaltando siempre y valorando la materia prima procedente de la huerta murciana.

El inicio no podía ser mejor, comenzando con el blanquet de lubina, coliflor y amontillado, la horchata de maíz, y ese maravilloso fondo de mar. Espectacular el juego de texturas y el sabor a tomate de la huerta murciana y el lujo de mezclar trufa y caviar en un mismo plato. Memorable su gamba roja a la plancha y caldo de sus cabezas, máximo esplendor de una buena materia prima.

El menú contiene varios trampantojos, como sus macarrones carbonara que en realidad son navajas. Un untuoso tocino de mar elaborado con pez mantequilla, parmentier, caviar y un velo de presa ibérica. Seguido de un rico falso arroz de galera y anguila ahumada. Y para terminar con la parte salada, caza y morcilla de arroz, muslo de perdiz sobre salsa de sepia acompañado de una sorprendente morcilla marina.
Como broche final, unos postres para el recuerdo, elaborados a base de verduras como la alcachofa y helado de haba tonka y la chirivía.
En definitiva, si vas a Odiseo te aseguro que tu experiencia no pasará en balde. Podrás disfrutar en un único lugar de un espectáculo, de un buen homenaje gastro, de buenos cócteles, de un bailoteo en la disco o, incluso, para los más atrevidos, de una sesión en el casino. Solo queda atreverse.