UN FINDE GASTRO EN PUENTE ROMANO (II): NOBU Y LOBITO DE MAR
Algunos de mis fieles seguidores recordaréis que ya por 2016 os contaba mis aventuras por el un paraíso gastro difícil de superar y con el que deleitarse con alguna escapada. Os estoy hablando de PUENTE ROMANO en Marbella y el increíble fin de semana que pasé allí (podéis ver el post aquí).
No en vano, por aquel entonces contaban ya con 9 restaurantes, y ahora, con nada menos que 11 propuestas gastronómicas de mucho nivel y para todos los gustos y colores: desde cocina fusión o italiana hasta healthy o sin gluten (os recomiendo ciegamente un desayuno o ensalada en RACHEL’S con la tranquilidad de su escondida piscina), pasando por la más vanguardista, de la mano del chef Dani García del cual sabéis que soy fiel seguidora y que con sus 2 estrellas Michelin tiene allí su “base nodriza!, el restaurante que lleva su mismo nombre.

Y es que sin duda, PUENTE ROMANO merece una escapada, pero no solo de sol y mar, sino además, gastronómica. Así que hace unos meses decidí que ya era hora de regresar para probar las nuevas propuestas de este oasis de lujo, y en concreto su restaurante NOBU.

Me gustaría antes de entrar en materia, hacer asimismo mención a su restaurante SEA GRILL donde, además de los impresionantes desayunos que luego no me quedaba más remedio que quemar en mis carreras diarias por el paseo marítimo, proponen el resto del día una carta de alta cocina, pero en su versión más actualizada, y que me sorprendió gratamente.

Con vistas al Mediterráneo, en este restaurante combinan producto fresco con elaboraciones evolucionadas, incluyendo un buffet de marisco servido al mediodía y platos preparados en el horno “tandoori” o en la parrilla de carbón de leña. Un restaurante que sin duda, también merece una visita.

Pero la cosa no quedó aquí. Como añadido, aproveché el viaje para algo que tenía pendiente hacía meses, LOBITO DE MAR, el chiringuito “sin playa” que así lo define el chef Dani García, había abierto y yo no había tenido aún ocasión de visitarlo.

Situado muy cerca del hotel, su impresionante local de 800 m2 ha sido decorado por Lázaro Rosa-Violán, y ofrece dos cartas diferenciadas: una de tapeo informal para la barra, con pequeñas propuestas para abrir apetito, y un menú en el comedor a base de mariscos, frituras andaluzas, y por supuesto, mucho atún.

Su propuesta de aire marinero rinde homenaje a los recuerdos más íntimos del chef, y en concreto, a los espetos en caña y vertical a la brasa de olivo y arroces que su madre cocinaba.

En la primera toma de contacto, te sumerge en una oferta de moluscos y crustáceos a gogó: ostras, gamba blanca, coquinas malagueñas, langostinos de Sanlúcar, chirlas, navajas, langostas y bogavantes cocinados fritos, cocidos, a la plancha, o en arroz meloso.

Sorprende, como os adelantaba, un apartado entero dedicado al atún en el que destaco dos propuestas que os recomiendo especialmente: el pepito de atún que se puede tomar en barra, increíble, y la chuleta, que te explican detalladamente en un catálogo descriptivo sobre la misma que luego te puedes llevar. Otra de las especialidades que debes probar y por la que está siendo reconocido son los arroces que se cocinan en ramas de sarmiento, secos o melosos de estilo alicantino. Yo no tuve ocasión de probarlos porque fui a cenar y me apetecía algo más ligero, pero vi que los hacían con una costra muy finita en paellas que portaban los camareros sobre las que se me iban los ojos…Y un último apunte: no dejes de probar su helado “Happy hippo”, no te digo a lo que te recuerda porque no quiero hacer spoiler pero…¡es brutal!
Y ahora sí, entramos en materia para contaros un poquito más en detalle cómo fue mi experiencia en el nuevo restaurante del chef japonés Nobuyuki Matsuhisa y situado en el mismo local del antiguo restaurante llamado UNI.

Este cocinero es propietario de los restaurantes de su mismo nombre o apellido (Nobu y Matsuhisa), situados en los cinco continentes, exactamente 32 restaurantes en 28 ciudades diferentes, así que ya era hora de que aterrizase en España, máxime, en una ubicación tan única como PUENTE ROMANO. Además, recientemente se ha inaugurado el Hotel NOBU Marbella en este mismo lugar, por lo que no solo se puede ir a disfrutar de la gastronomía japonesa sino también a vivirla de primera mano alojándose allí.

El espacio del restaurante es humilde comparado con otros restaurantes del hotel, pero a imagen y semejanza del chef, dejando todo el protagonismo a los platos de la carta en la que encontramos cocina japo 100% pero con algún guiño latinoamericano. Sala y terraza cómoda decorada con materiales y texturas naturales, pero respetando la estética contemporánea del resort.
El servicio, exquisito, nos propuso hacer un maridaje con los platos más icónicos de la carta. En la selección de vinos, empezando con un Riesling clásico pero difícil de encontrar que acompañaba un yellowtail (pez limón) elaborado en sashimi con Jalapeños.

Disfrutamos también de una rica ensalada de tataki de atún exquisitamente marinado, que nos sirvieron con un rico albariño que desconocía, del Val do Salnés, llamado Attis. Le siguió un Borgoña Chablis, de los más especiales de la zona, curiosa combinación que acompañaba muy bien con otro de los platos que más me llamó la atención: el waygu con salsa anticucho y miso donde se aprecia la fusión de lo japonés y lo latinoamericano, herencia de los estudios en Perú del chef, que venía emplatado en una hoja de banano.

Es precisamente la presentación de las propuestas, una de las cosas que más me gustó de NOBU. Delicada y elegante, en vajilla sencilla y sin grandes florituras.
Pero si hay un plato que caracteriza al chef, este es su bacalao negro marinado en miso con orejones y, puedo deciros, sin riesgo de equivocarme, que es el más rico que he probado en mi vida. Lo acompañaron de un caldo muy original: un ACUSP de Castell d’Encus de los Pirineos, potente y sofisticado a la vez.

Antes del postre, decidimos probar algo de sushi también, por aquello de no dejarnos lo más importante en la carta, un nigiri de salmón flameado con foie que estaba a temperatura perfecta.

Dejamos sitio a los postres que llegaron con un champagne rosado Laurent-Perrier, una orientalizada tarta de queso con sorbete de yuzu y fresas así como mochis de té verde, que siempre son una apuesta segura.

Como el restaurante da a La Plaza, la terraza al aire libre de PUENTE ROMANO situada en el centro del resort y rodeada los restaurantes, decidimos dejarnos encandilar por la música ambiente en vivo y tomarmos una copa allí.
Sin embargo, se pueden también tomar cócteles en el lounge del hotel NOBU, también con vistas a la plaza.
Y hasta aquí puedo leer en esta segunda visita. Sin duda, un gran menú elaborado por un gran chef. Porque como el mismo dice con humildad: «Pueden copiar mis recetas pero nadie puede copiar el corazón que pongo al elaborar cada una de ellas.» Y en este restaurante, sin lugar a dudas, hay mucho corazón.
Precio medio NOBU: 70 euros
Dónde: Bulevar Príncipe Alfonso von Hohenlohe s/n, Marbella
Tel.: 952 82 09 00
Web: www.puenteromano.com