CÉSAR ANCA Y SU JOYITA DE XANVERÍ
Hace meses que César Anca ha abierto en Madrid, pero no ha sido hasta hace unas semanas que tuve oportunidad de acercarme a su nuevo restaurante a dar cuenta de ello Muchos eran los elogios que había escuchado de la cocina de este chef, que suma con dicha apertura a su buena mano en los fogones, renovada ubicación y distinguido local, síntoma de una evolución ganada día a día con sus receta de nivel, y además, de forma muy legítima, a través del boca oreja y de la recomendación directa.

De su amplia trayectoria en Alicante, el cocinero decidió volver a la tierra que le vio formarse y crecer (en Pedro Larumbe y Urrechu, todo sea dicho), dispuesto a mejorar la oferta culinaria si cabe del barrio de Chamberí, ofreciendo a los madrileños lo aprendido en la Comunidad Valenciana, y combinándolo con su buen hacer de las recetas más castizas de nuestra capital.
Muchos recuerdos de la infancia así como recetas de su abuela se dan cita en su tercer proyecto, tras su primer restaurante que llevaba su nombre en Alicante, al que le siguió el segundo apodado La Barra, en que reinventaba sus platos más reconocidos en formato tapa regados de vinos por copa.
Es ahora en Xanverí (el nombre no es casual, ya que la letra “x” es la acotación fonética de “ch” en la Comunidad Valenciana) donde continúa con su oferta de mercado que se complementa con una oferta I+D.

En este comedor, como él mismo indica,“se da la bienvenida al producto”. Y para muestra, su pulpo que «se elabora sobre torrija de patata en ajada y gratinado suave de alioli, lo que me ha llevado años de trabajo«, me explicó, a modo de ejemplo del trabajo detrás de cada una de sus creaciones.
En la carta, influencia levantina como se muestra en el surtido de salazones de Alicante, alcachofa de Almoradi o la sección de “arroces robados” en cuya elaboración se emplea agua del Mediterráneo y ñora picada, al estilo de Alicante.

En el menú también hay hueco para los platos madrileños como son los tigres, las mollejitas o los canutillos de postre que se acompañan con helado de violetas. Y además, platos más elaborados, de todos y de ningún sitio, como son el bacalao con queso de cabra o el pan perdido, postre francés que se les daba a los niños para merendar y que lo elabora con pan brioche, helado de mantecado y chocolate caliente. No en vano, su primer restaurante ya respiraba también algún guiño afrancesado.

Buena bodega con originales propuestas de tintos de Alicante y otras regiones nacionales y un espacio tremendamente cuidado, con protagonismo de la barra y un gran comedor especialmente confortable, que juega con mármoles, madera o detalles de decoración que evocan a la Comunidad Valenciana. Cargado de detalles como claveles, esculturas de gato, cuadros e ilustraciones, sin duda es un lugar de lo más vanguardista y, también, algo singular.

Se completa con un reservado y un espacio VIP en la planta superior, ideal para organizar cualquier evento pequeño y donde César puede ofrecer incluso menús ad hoc.

La propuesta se completa además con un menú ejecutivo de 35 euros donde degustar también algunos de sus arroces o ricas verduras para los viandantes, trabajadores o ejecutivos de la zona.
En definitiva, toda una joya por pulir y sacarle partido por parte de los más y menos foodies de Madrid.
Precio medio: 50-60 euros
Dónde: C/Zurbarán, 18
Tel.: 91 577 77 33
Web: www.xanveri.com