Escapar de las luces, los edificios y el bullicio de la ciudad. Cambiarlos por el aire fresco, las caminatas y el silencio de algún pueblecito alejado de Madrid. Así, sin rumbo alguno. Porque “caminante hace camino al andar”.

Seguir el cauce del Jarama rodeada de amplias alamedas. Y a 40 km de la capital, toparse con una hermosa localidad que te devuelve a la paz, la naturaleza y rememora una vida pasada.

Toparse con el amplio legado histórico de Talamanca de Jarama, que te recibe con un puente romano que se levanta sobre una chopera por el que pasear en silencio. Visitar la Cartuja, la iglesia de San Juan Bautista y las murallas.

Creer que estás en una película del S. XVII en un “pueblo de cine”, donde se ha grabado desde Alatriste a Águila Roja.

Y descubrir, en pleno siglo de Oro, que entre caballeros, celtas, romanos, visigodos y mudéjares, hay otra persona que llega para dejar huella de su sueño: Alicia Leralta, la propietaria de un, y a simple vista, pequeño y acogedor restaurante.

Pero detrás hay algo más. Hay un renuncio a una vida profesional en el estresante mundo de la publicidad. Hay mucho valor para abandonarlo y como otros tantos, dedicarse a una pasión, en este caso, la cocina. Hay mucho trabajo y estudio durante tres duros años  en Le Cordon Blue. Y mucha búsqueda, hasta encontrar en Internet la casita rural donde antiguamente residía Doña Gloria, la maestra del pueblo.

Y también hay un largo año de obras…hasta conseguir que SU SUEÑO SE HICIESE REALIDAD.

Porque El sueño de Alicia ya existe, y ha tomando forma de un gastrobar pequeño, modesto, honrado y muy acogedor. Donde su propietaria ha podido verter toda su esencia y personalidad al seleccionar el lugar. Donde ha medido meticulosamente cada detalle de su decoración. Y donde ha cuidado delicadamente cada plato hasta elaborar la carta.

Cada jarrón, mesa o ventana está estudiada con delicadeza, mimo y mucho cariño. Se divide en tres estancias, cada una de ellas con materiales y elementos cuidadosamente escogidos para dotar al restaurante de una personalidad única.

Sus salones son a cual más evocadores, con una decoración vintage, natural y romántica. El principal,  está inspirado en un bistrot parisino con un orden exquisito en medio del caos.

Una pequeña barra da paso a un espacio donde las paredes se visten con relojes y espejos.

Lo recubre un techo con vigas blancas de madera  y el suelo con cerámicas antiguas, y donde las mesas, cada una de un tamaño, conviven con sillas blancas de distintas formas  y vajillas diferentes pero originalmente elegidas.

También, cuenta con dos saloncitos más privados y reservados. Por un lado, el Salón de las Plumas cuyo nombre hace referencia a los dibujos que forran sus paredes, que cuenta con una iluminación tenue y jaulas de madera en lugar de lámparas.

Y un sugerente Salón de las Flores, dotado de una forma de jardincito flotante a modo de lámparas sobre una única mesa, ideal para celebraciones entre amigos y familia.

Las paredes se revisten con dibujos florales y con gran cantidad de luz que entra por la ventana. Además, por las noches iluminan todo el restaurante con velas y lucecitas, para veladas donde dejarse llevar.

La carta se compone de platos del mundo con un toque mediterráneo y personal a precios populares. Elaboraciones frescas, originales y con productos de calidad, todas ellas pensadas para compartir o tomar como plato principal. Para empezar, a modo de entrante,  destacan el tomate exótico con mango y papaya (7euros) o las croquetas belgas de queso o pollo al curry (5 euros).

En carta también burrata a la toscana (9 euros),  ensalada casi rusa (6 euros) o thai (9 euros) muy refrescante y compuesta de solomillo marinado, cacahuetes, cebolla frita, cilantro y menta:

También proponen alguna tostas de sardina o foie (6 euros) o crepes de pollo o verduras (6 euros).

Y si con eso te quedas con hambre, puedes continuar con sus chupachus de codorniz (9 euros) o un suave pollo al curry (9 euros):

Sorprende el solomillo Alicia (14 euros), destacando una perfecta combinación de la carne junto a la salsa de ostras y soja con el que lo maceran, y un honesto pulpo braseado (12 euros).

Como broche final, no dejes en el olvido los sabrosos postres caseros que Alicia prepara cada mañana.

La decisión se complica entre la tarta de pera, la torrija de panettone o, por la que nos decantamos, la tarta de galleta y limón…

…para terminar de soñar en este País de las Maravillas de Alicia.

 

Precio medio: 20 euros

Dónde: C/ de los Molinos, 25 Talamanca de Jarama. Abierto fines de semana

Tel: 638 186 212

Web: https://www.facebook.com/elsuenodealiciagastrobar/