LA CONQUISTA DE DON PELAYO CON SUS RESTAURANTES ASTURIANOS
El final del año siempre es complicado y no os engaño si os cuento que llevo una buena temporada con varias idas y venidas profesionales y personales, que no me han permitido tener el blog tan actualizado como me gustaría. Si bien es cierto que os intento mantener al tanto de toda novedad gastronómica que se precie vía mi página semanal en Guía del Ocio así como mi Instagram (@la_gastronoma). No quería acabar el año sin escribir un post pendiente que tenía desde hace meses, el cual escribo con especial cariño.
Me siento madrileña de tomo y lomo, de nacimiento y devoción a partes iguales, pero mi madre siempre me ha inculcado el amor a Asturias, y los paisajes dónde de pequeña pasaba los veranos con mis tíos abuelos. Sus pastos, montañas, hórreos y llagares siempre han estado vivos en mi casa a través de la visión personal de una niña pequeña proveniente de Madrid que ayudaba a su tío a prensar las manzanas para la sidra y a ordeñar el ganado durante los cálidos meses.
Si bien sus recetas de tierra astur son complicadas de superar, bien es cierto que aquí en Madrid tengo mis restaurantes fetiche, éstos son y para buenos homenajes por orden de preferencia Carús, Ñeru, Carlos Tartiere y Asturianos (y es que me pongo a mencionar y no paro pero no puedo dejar de lado el asturiano fusión de Mario Céspes Ronda 14), durante este año han aterrizado varios asturianos en Madrid que bien recordarían a una sigilosa invasión de las cocinas de Don Pelayo esta vez con el único arma del buen yantar.
Tres buenas y nuevas propuestas de 2019 a las que agradecer traernos el olor de una buena fabada, el gozo absoluto de un buen cachopo o la potencia del chorizo a la sidra. ¡Ahí van!
LA BOBIA, NEOTABERNA EN LA LATINA
(C/ San Millán, 3 // Tel. 91 737 60 30 // Precio medio 35 euros)

A orillas del teatro de La Latina encontramos este restaurante ubicado en un local tan clásico de La Movida madrileña (aquí se rodó alguna peli de Almodóvar he de decir) como su propia carta. Lo descubrí improvisadamente hace unos días a la salida de una obra y me sorprendió mucho su propuesta. Me llamaron la atención sus barricas de sidra al fondo, que avisan de lo que por mesa va a pasar a continuación.
Aquí el cachopo de ternera es XXL y se rellena de cecina y queso ahumado de Pría. No falta tampoco las patatinas al Cabrales y el pastel de cabracho otro de los grandes clásicos asturianos.

Es curioso encontrar también platos homenaje a los españoles que emigraron en su día a países como Cuba y Venezuela, y que regresaron con recetas como el sándwich cubano de lacón asado y queso ahumado o los tortos de maíz con huevos fritos, picadillo de matanza y salsa de cabrales. Una vez entiendes el hilo conductor de la carta, todo se hace más fácil.
CHIGRE, ¡PUXA ASTURIES!
(C/ Serrano, 45. Madrid // Tel. 91 088 88 70 // Precio medio: 20 euros barra y 40 euros comedor)

A principios de año llegaba este restaurante a nuestra capital dándole un toque de modernidad a la clásica casa de comidas asturiana. En este comedor astur 2.0 los valores como la cercanía u honestidad son aquí fiel reflejo de su cultura.

Hay espacio para la fabada con su compango, el rabo de vaca joven estofado con parmentier o el pitu de caleya al ajillo. Protagonismo eso sí para los pescados, destacando el lomo de merluza de pincho a la sidra y el taco de rape de Ondarroa.

La barra cobra especial protagonismo con buenas tapas como el mini-cachopo, la ración de quesos, la ensaladilla rusa o la tortilla de patatas con cebolla caramelizada y pimientos. Y si apetece, déjate seducir por uno de los cócteles de Fermín Román, que ha sido campeón de España en varias ocasiones.
QUINQUÉ, COCINA CON MUCHA PACIENCIA
(C/ Apolonio Morales, 3 // T.: 91 073 28 92 // Precio medio 35 euros)

Carlos Griffo y Miguel García, discípulos de Dani García, se conocieron en los fogones del gran chef asturiano Nacho Manzano en Casa Marcial y este año decidieron lanzarse a su proyecto más personal. Os lo avanzaba en mi post del verano sobre mis descubrimientos gastronómicos de 2019 (ver aquí) y meses después puedo afirmar que estos chicos se consolidan con su cocina de mucho chupchup.
Concepto tan humilde como equilibrado en local – escueto espacio pero especialmente cálido- y carta, basado en el recetario tradicional de antaño que se combina con la técnica actual para solo sumar a esos grandes guisos de siempre.

La estacionalidad tan manida ya en el lenguaje gastronómico aquí se hace realidad con delicada materia prima. Son las croquetas su producto estrella, hacer heredado de su casa madre, si bien la tortilla de merluza merece mención especial. No faltan las legumbres, cada vez más protagonistas, como las verdinas que se acompañan de berberechos, las pochas con cocochas de merluza, la clásica fabada asturiana o el jugoso pisto con huevo de corral. No olvides pedir el arroz con leche con azúcar quemado de postre.