BOHEMIA EN CONDE DUQUE CON MÜR CAFÉ

por Mapi Hermida 27 junio, 2013 1335 Views

Me encanta el estilo vintage (sea british sea français, porque para gustos hay colores) que se está imponiendo en algunos oasis gastronómicos de los barrios más bohemios de Madrid como Alonso Martínez, Chueca o incluso otros más acomodados como el Barrio de Salamanca. En ellos, hemos asistido en estos años al nacimiento de algunos negocios locales de aire antigüo y estilo retro como Petit Appetit o Mama Framboise, que rememoran tiempos en los que el gastrónomo más aventurado no pedía más que tomar un buen un chocolate caliente acompañado de un trozo de tarta casera.

Los tiempos han cambiado para bien, y al lado de la cocina vanguardista que conmemora Madrid como una de las mayores capitales en oferta gastronómica del mundo, han surgido estos pequeños paraísos del ayer, como es el caso del que hoy aplica: Mür Café. Este semi-nuevo Coffee Shop & Bar “très chic” que abrió sus puertas el mismo día de Navidad del año pasado, nos trajo como regalo y para bien un respiro en el mismo barrio de Conde Duque donde sentirse como el protagonista de una película en blanco y negro mientras se disfruta del papel principal del actor más goloso, sibarita del café o aficionado al té exótico.

He de reconocer, que lo que más me gusta de Mür Café es su sensibilidad “dogfriendly”, a lo auténtico bistró parisino donde aún puedes llevar tu perro salchicha y que muy pocos locales permiten hoy en día a su público mayoritariamente hippie-pijo, joven y urbano.

Pero vayamos al grano. Mür Café se describe como un lugar delicadamente diferenciado en dos plantas con corte entre lo rural y lo industrial, con una variedad de cafés que va desde los más afrutados y suaves a otros más amargos e intensos, y, por cierto, todos servidos con una chocolatina suiza. En el caso de los tés, se pueden encontrar hasta 20 variedades (desde el de manzana asada y canela, el blanco con fresas o el de arroz tostado y maíz), cambiando el acompañamiento por una galleta escocesa de mantequilla (con o sin pepitas de chocolate).

Por supuesto, todas las tartas son artesanales, como no podía ser menos, siendo la de queso con oreos y dulce de leche, sencillamente espectacular, pero ojo, sin desmerecer la clásica de zanahoria y nueces (impresionante su textura y sabor) o la rusa de manzana con crema suave y nata agria.

Lo curioso es que por la noche, Mür Café cambia de registro y se transforma, ofreciendo “coctelería molecular”, o lo que es lo mismo, Mojitos 2.0 (¿no os encanta la definición?) con espuma de nata que proporciona una nueva experiencia gustativa, o exóticas combinaciones como el Black Cosmo, con espuma de Cosmopolitan con base de vodka negro de arándanos, junto a los muy demandados Southside o Gin Fizz de manzana.

En su planta baja, entre los chesters donde desayunar mientras lees las revistas que ofrecen, encontramos un corner destinado a la venta de productos exclusivos y difícilmente asequibles en otras tiendas, como chocolates en polvo con aromas de chili, banoffee, lima, naranja o crème brûlée, hasta mermeladas caseras, galletas, caramelos “Fudge” de mantequilla, jelly beans o marshmallows (que suelen echar los americanos al café moca o bien tomarlos asados directamente).

Y para remate, periódicamente, organizan, además, exposiciones de fotografía, sunday brunchs (altamente recomendables), catas, degustaciones y talleres de pan.

Precio medio: cafés y tés desde 2 euros, tartas desde 4,70 euros y brunchs 13 euros