TABERNA LA CHARCA, VERDAD VERDADERA
Hace unos días leí un entretenido artículo sobre los 50 secretos que un camarero nunca te contará en la Revista Reader’s Digest (no es que vaya de erudita, confieso que lo encontré por casualidad). Huelga decir que sé que cuando pido leche desnatada en el fondo me la están poniendo entera o me colocan coca cola light por normal sin que se les caigan los anillos pero bien es cierto que las mentiras se acrecientan cuando el hostelero sabe que te dedicas a este apasionante mundo del zampeo e intuyes que los productos que dice frescos no son tanto como lo parecen, el pan no es artesano como en el 90% de los restaurantes sino congelado, y la carne no proviene de Bilbao sino de China.
Como dice mi amigo Luis, propietario de un restaurante cuyo nombre no mencionaré por aquello de no hacer propaganda fruto del afecto sino de la objetividad propia de este blog, “no te creas todo lo que te cuentan en los establecimientos que visitas, incluido en el mío”, y aunque Luis lo diga irónicamente y con la honestidad de lo que lo que pone en la carta es lo que ofrecen, parece ya hazaña complicada encontrar un restaurante donde no salgas con una moto debajo del brazo o con un gato en vez de liebre.
He de confesar que al restaurante del que hoy os voy a hablar me invitaron y que como en otros, esperaba un derroche de bondades del mismo nada más sobrepasar la barra. Pero como en todo, siempre hay excepciones. Tal es el caso de Taberna La Charca, donde bajo el slogan “Yo no soy tonto” lo que comes es lo que dicen y lo que dicen, lo que comes.
Ya conocía a su propietario, Manolo, un emprendedor humilde curtido en los fogones de la cocina asturiana, que con 18 años emigró a tierras suizas para trabajar de camarero, abriendo en los 80 su primera casa de comidas con la que se ganó la fidelidad el barrio de Chamartín, Viga-Mars, a la que le siguió el Hórreo Asturiano, y posteriomente, el pasado mes de agosto, su tercer restaurante Asgaya, un referente ya en los establecimientos cántabros de Madrid. Así que no es de extrañar que no me sorprendiese encontrarme con un local aún modesto pero donde premiaba la honestidad por encima de las grandes florituras culinarias.
Aún arrancando, pues abrió el pasado mes de diciembre en la calle Juan Alvarez de Mendizábal, paralela a Ferraz, Taberna La Charca es un verdadero oasis en ese tranquilo barrio de Argüelles donde disfrutar en un establecimiento de diseño de un ambiente relajado y una buena conversación. Con reminiscencias de su hermano mayor Asgaya, Manolo ofrece una cocina tradicional con toques modernos, y por supuesto, con algún guiño a la cocina asturiana.
Nos recibieron con un canapé de Foie a la plancha sobre espuma de mango como aperitivo, lo que ya hacía presagiar que nos iban a ofrecer una carta desprendida:
Como entrantes y todos entre los 9 y 12 euros, Embutidos, Anchoas de Santoña o Ensaladas como “La más bonita” de ventresca de bonito del norte, pimientos asados y brotes tiernos, Patata confitada con trufa, foie y huevos de corral a baja temperatura, una de sus especialidades, Lasagna de marisco con salsa marina y algas o calamares de potera con ali-oli de manzana, por los que nos decantamos, y que aunque el calamar se había quedado algo duro maridaba estupendamente con el ali-oli que estaba muy suave:
Como no era noche de atiborrarse de Fabada asturiana «como la charcha manda» o Callos a la madrileña, decidimos complementar los primeros con las Croquetas de pescado, que venían cubiertas de una ligerísima pasta brick y que nos recomendaron en una generosa fuera de carta que diariamente ofrecen:
En la carta, además, arroces y pastas entorno a los 15 euros como el Arroz meloso con bogavante asado o el Wok de pasta fresca salteada con verduritas y langostinos, y por supuesto, pescados a un precio digno de 16 euros como el Lomo de merluza de anzuelo a la sidra o el Rape asado con ajada y pulpo a la gallega o carnes, desde 12 euros el Rabo de buey guisado al vino tinto o un Cachopo de solomillo tipo Allande, Concejo de Asturias de donde proviene Manolo, por 16 euros como el de la foto:
Fuera de carta probamos un Bacalao 3 gustos, con tomate picón, pil-pil y ajetes tiernos con jengibre, muy recomendable y quizá el mejor plató que probé por haber acertado en la combinación:
Y de postre, aunque me quedé con ganas de probar la Tarta de zanahoria, degustamos el Arroz con leche requemado, especialidad de la carta, que no pudimos terminar por espléndido pero que estaba en su punto:
Para acompañar esta variada oferta culinaria, Taberna La Charca cuenta con una selecta bodega con todas las D.O., desde vinos de Madrid pasando por Jumilla o Priorato, con un muy justo sobreprecio así como una carta de cocteles. Nosotros nos decidimos por un original 12 Volts de la Tierra de Mallorca:
Aunque para cenar, el precio medio puede llegar hasta los 45 euros, se puede disfrutar de un menú con la misma calidad de la materia primera por 13,90 euros incluso de un medio menú por 8 euros.
Restaurante más que correcto, con una buena oferta de platos fuera de carta, calidad en la materia prima y un toque innovador que algunos platos agradecen. Suerte a Manolo con su nuevo establecimiento!
Precio medio: 35 euros
Dónde: C. /Juan Alvarez Mendizábal, 7 (Argüelles)
Tel.: 91 547 28 94
Me lo apunto!