NITTY GRITTY, EL QUID DE LA CUESTIÓN
Cuando el día comienza levantándote al alba para llegar con la lengua fuera a tu clase de inglés de las 8 de la mañana y tu jornada se inicia repasando phrasal verbs y el third conditional, ya intuyes desde primera hora que aquello no puede acabar del todo bien.
Y así ha sido. A modo de ejemplo, hoy he tenido uno de esos días en que en medio de una reunión la chica que limpia en tu casa te llama diciéndote que se ha electrocutado con la plancha. No me tachéis de inhumana pensando que me preocupa más tirar a la basura la última tecnología en planchado de vapor que Pili se empeñó en que le comprase, pero lo cierto es que mi tocaya de vez en cuando exagera.
Su hija se ha quedado embarazada ya unas cuantas veces y su consorte ha sufrido varios amagos de infarto, y ni su familia ha procreado finalmente, ni tampoco su marido ha pasado al otro mundo, porque le sigue trayendo al trabajo vivito y coleando. Tiene sin duda el don de hablar solo de tragedias.
Podría rellenar un post entero hablando de Pili pero no es hoy el caso que nos ocupa. Sino más bien, el del inglés. Ese idioma de Shakespeare que llevo toda la vida estudiando y que nunca termino de dominar. Y si no que se lo digan a Yago, uno de los socios de Nitty Gritty. Porque nada más llegar a su restaurante le pregunté qué significaba aquello de nitigriti. Ignorancia la mía que pensaba que era algún grupo de música o un personaje de algún cómic. Pero no. Aquellos a los que Dios os haya dado el don de lenguas (pues no dudo que mis lectores seréis cultos e ilustrados), podéis saltaros este párrafo. Pero aquellos que como yo, el inglés, digamos, que se os atranca un poco, descubriréis que el nombre de este nuevo restaurante no hace sino referencia a una expresión americana que significa “el quid de la cuestión”, o lo que es lo mismo, ir al grano y al meollo del asunto. Ya veis, que esto de tener un blog de gastronomía da para mucho más que sólo rellenar el buche. Que además, también se profundiza en idiomas.
Dicho lo cual, el apodo le va que ni pintado al establecimiento. Y es que en Nitty Gritty, no se andan con tonterías, porque ahí se va a comer bien, que en definitiva es de lo que se trata. Y si como añadido, nos regalan una estética como la que veréis en este amplio reportaje (si soy becaria de gastrónoma no os cuento ya de fotografía), para qué queremos más, que digo yo.
Son cuatro los socios que se han embarcado hace escasos tres meses en esta aventura de triunfar en la zona de Plaza de Castilla, con una propuesta original para esta época, entre las múltiples aperturas de las que en estas fechas estamos acostumbrados. Suman sus fuerzas, por un lado, dos expertos arquitectos, Yago Simal y Armando Mendonza, con una curtida experiencia en acicalar establecimientos de éxito. No en vano, su estudio Mendoza + Simal arquitectos ha llevado a sus espaldas el diseño de la cafetería-deli Panela & Co que a todos nos engatusó cuando abrió en Serrano. O mejor aún, se han encargado del interiorismo de la nueva tienda de Petra Mora en Ayala. Su gusto por la decoración, distribución, cuidado de los detalles desde el logo a la vajilla pasando por el mobiliario, se siente ya desde que ves las enormes cortinas que te adentran en un local mágico y lleno de encanto.
No es de extrañar que ya en el interior nos encontremos con un ambiente joven, fresco y mayoritariamente femenino, algunos de ellos gastrohunters de los últimos establecimientos que llegan para ponerse de moda. Preciosas bajantes en una gran barra que vertebra el comedor y que han mantenido en su forma original, instalaciones vistas, mesas diseñadas ad hoc o sillas de Ikea de los años 70 traídas de Suecia y restauradas se combinan en un local dispuesto sin paredes dando amplitud a través de juegos con cristaleras y colores cálidos en blancos, verdes, grises o azules aguamarina.
Su estilo podría recordarnos a cualquier café de Dinamarca o Noruega, con un gusto por hilar fino que se asemeja en parte a un bistró francés escondido entre el verde de los árboles que lo protegen, porque si algo gustó a los dueños es el estar rodeados de vegetación pues pegan codo con codo con el Canal de Isabel II, lo que se siente también en uno de sus reservados.
Flores naturales, copas Riedel, vajilla RAK realizada a medida, servilletas de las que nos gustan y que emulan paños de cocina, e incluso velas y jabones personalizados…
Pero el amor puesto en el continente se palpa también en el contenido, al mando de los otros dos socios, los hermanos de barba y corte hipster Javier e Iván Riaño, que se encargan de la dirección y gestión de Nitty Gritty. Afable atención en las mesas, selección de panes en sus diferentes versiones, aperitivos de entrada y una cuidada selección de platos. En la cocina, encontramos a Víctor Delgado, proveniente de la Escuela de Toledo y de algunos comedores como Casa Marcelo en Santiago de Compostela, que trabaja una carta de aire casero, con una selección algo más original de platos a la que estamos acostumbrados.
Si algo le puede gustar a una gastrónoma aficionada es que le dejen entrar en la cocina de un restaurante porque allí que me adentré cámara en mano, lo cual significa que en el establecimiento no existe ni trampa ni cartón. Así que no puedo sino alabar algunas de las creaciones de Víctor, que descubriréis con mucho verde y de corte sano pero con un toque de innovación por ejemplo en alguna propuesta hindú o japonesa.
He aquí algunos ejemplos de entrantes, en sus diversas nacionalidades. Papa Canaria con dos mojos:
Humus con chips de verduras:
O ensalada de pollo marinado, queso feta, bulgur, hojas de roble y aliño de yogurt al curry:
Respecto a los principales, una de las especialidades de Víctor es el steak tartar con verduras crujientes:
También el arroz meloso de rape y alcachofas:
Y este riquísimo confit de pato sobre salsa de fresas y orejón chutney de pera y piña:
Yo probé una elaborada merluza de pincho con pak choi, caldo de olivas y pilpil de soja:
Y otro recomendable, papardelle al pesto de salmón:
Dejadme haceros un último apunte, éste es el carpaccio de salmón y rape con aliño de limón:
Todos los platos están disponibles en medias raciones, y rondan entre los 7 y 11 euros, subiendo alguno de los principales hasta los 16 euros, lo cual el bolsillo agradece pues son precios cuanto menos ajustados.
Respecto a los postres, baste el ejemplo de la mouse de albaricoque con espuma de yogurt ácido, crispi de cereza y helado de chocolate negro:
Y os sigo abriendo el apetito. Porque los quesos son de Poncelet, las tartas y bizcochos todas ellas caseras provenientes de una pastelería cercana, los helados de una marca gourmet francesa y así un sinfín de detalles, que culminan con una carta de vinos nada al uso de la que se encarga Nacho Jiménez, proveniente de La Tintorería con algunos originales nombres como La Maldición D.O. Madrid o El Terrible D.O. Ribera del Duero.
Prometen además, próximamente un brunch y no hay menú del día, pero si plato, por 12,5 euros. Pero lo que esperamos con impaciencia, son sus calentadores y mantas para su acogedora terraza:
Estaréis de acuerdo conmigo, que si el “quid de la cuestión” es comer bien calidad precio, y de propina ofrecen una tan cuidada estética, sin duda el local no podía haber elegido mejor nombre. Mucho éxito a Nitty Gritty!
Precio medio: 30 euros
Dónde: C./ Doctor Fleming, 51
Tel.: 91 434 73 33