MI WISHLIST DE RESTAURANTES
Ayer cogí el petate y me eché a la calle. Con 20 grados a la sombra, cualquiera se quedaba haciendo calceta en casa. Me metí en la mochila Guías del Ocio, Metrópolis, Duendes y demás revistas callejeras que aún me quedaban por subrayar (valeee, soy una empollona y esto de conocer nuevos restaurantes me lo tomo muy en serio), el ordenador y mi cuaderno de bitácora donde siempre anoto todo. Y, sin rumbo determinado, crucé Alonso Martínez, paseé por Fuencarral hasta llegar, transportada por un horda de transeúntes, al barrio de Malasaña.
Dejando atrás el Vacaciones Cocktail Bar (C./ Espíritu Santo, 15 // Tel.: 91 130 41 25) que estaba a reventar, conseguí un humilde hueco en la barra del fondo del salón de La Bicicleta (Plaza de San Ildefonso, 9 // Tel.: 91 532 97 42). Tenía pendiente probar su «brunch on wheels», que incluye zumo (de naranja, zanahoria), café, bollería, cesta de panes, brochetas de frutas con chocolate o queso y tomate, yogur con muesli, huevos en cazuela con espinacas, champiñones, queso o cebollino, brownie con helado e incluso un cocktail. Vamos, lo que se dice una verdadera bomba de relojería. Y todo por 18 euros. Sólo sirven 30 servicios y siempre hay que reservar, así que ahí me hallaba pletórica por haber conseguido un hueco entre hipsters, ciclistas y malasañeros autóctonos porque por fin iba a tachar en mi libreta otro de los cafés pendientes donde tomar un brunch en Madrid.
No sé si os he contado alguna vez que me encanta hacer listas. El otro día estuve en la presentación de un libro “Hoy no me cambio por nadie” del periodista Antonio San José, en el que uno de los capítulos se los dedica precisamente a éstas y al placer que da hacerlas para luego tachar lo que has conseguido. Conozco pocos placeres en la vida como tachar enumeraciones de tareas pendientes, por lo que escuchar que hay gente que disfruta haciendo cosas parecidas me genera un gran alivio.
Aparte de la de sitios para tomar un brunch, tengo listas de todo tipo. Lo que me queda por hacer, propósitos que nunca cumpliré, lo que tengo que comprar, libros que leer, los temas a despachar con mi jefa, destinos donde alguna vez viajaré, a quien tengo que llamar, y por supuesto, los restaurantes que me gustaría conocer.
Así que en un alarde de generosidad y abriéndoos mi más preciada intimidad de gastrónoma, he decidido compartir con vosotros mi wishlist de establecimientos (entiendo que os interesa más que mi lista de la compra) por si alguno tuviese alguna recomendación previa a mi visita que me fuese de ayuda o por si fuese el caso, tuviese que tachar alguno de dichos restaurantes antes de tiempo:
– En el número 1 de mi lista, The Hall (C./ Velázquez, 150 // 91 564 40 44) un espacio abierto en horario non stop en lo que fue el antiguo NoDo, que impacta por una arquitectura contemporánea, retroiluminación y hasta un comedor rosa y chimenea incluida. Con precios sensatos (25-30 euros de media) ofrecen en su carta croquetas de mejillón de tigre o canelones de perdiz…apetecible.
– Y algo más lejos, en Alcobendas, situado en segunda posición de mis visitas pendientes, Cabaña Marconi (C./ Camino del Cura, 233 // Tel.: 91 650 79 13), un auténtico refugio escandinavo en el Encinar de los Reyes de paredes acristaladas que invita a alejarse del centro para relajarse en un ambiente rodeado de árboles y compartir por ejemplo una raclette o degustar alguna de las especialidades noruegas como el salmón o las albóndigas suecas.
– En un tercer puesto, Al Trapo (C./ Gran Vía, 11 // Tel.: 915 23 79 80), abierto el pasado mes de noviembre en el Hotel de las Letras. Paco Morales, su chef, define la cocina como informal pero de autor, no en vano el precio medio sube hasta los 40-50 euros. Eso sí, ya solo por su ubicación, apetece visitarlo.
– Le sigue de cerca Perritos de Estocolmo (C./ Palma 72). Un local underground con 25 años a sus espaldas y de los mismos dueños que el bar 4 Latas. Dicen que son los mejores perritos de Madrid estilo sueco con sus salchichas, salsas o cebolla frita importadas desde Dinamarca, y eso, hay que ir a probarlo!
– También, Lu & Cía (C./ Sánchez Pacheco, 48 // Tel.: 91 362 45 77), comida casera de Lucía, la chef asturiana. En el barrio de Prosperidad y con pocas pretensiones de impresionar, bajo el lema producto de calidad y comida de la de todos los días.
– Pendiente coger el coche y plantarme en Baladí (C./ Diego Hurtado de Mendoza, 12 //Tel.: 91 260 60 30), vinoteca de San Chinarro abierta hace unos meses con ilusión y mucho entusiasmo por parte de sus dueños. Especializada en vinos jóvenes, de autor, de bodegas pequeñas no comerciales con un carta con más de 50 referencias de vinos españoles e internacionales y platos de cocina mediterránea pero con buenísima pinta, como este cebiche de lubina:
– En mi lista, también dos propuestas vascas, MEATing (C./ Valenzuela, 7 // Tel.: 91 431 69 9) que llega aspirando a convertirse en el embajador donostiarra donde se situaba antes Le Garage, con la carne como protagonista y cocina popular entremezclando verduras de navarra o pescados de Asturias a un precio medio de 40-50 euros en un ambiente refinado (foto inferior), y otra más de andar por casa, La Barra (C./ Garcilaso, 1 // Tel.: 91 446 32 55) esquina con Luchana, una pequeña tasca moderna también de inspiración vasca.
– Y no podía faltar apuntarme la nueva propuesta del grupo Oter en el Retiro (los mismos de El Barril o Teitu), Taberna Moderna (C./ Fernán González, 50 // Tel.: 91 504 45 07) de aire retro con barriles decapados y pizarras pintadas con tizas de colores, y con un comedor más formal en la parte de arriba donde degustar desde pescadito frito, calamares de potera, o gamba blanca de Huelva con un guiño al cucurucho de papel y olor o la cocina andaluza.
Y ojo, porque en el mismo barrio ha nacido también otra propuesta, (Esencial) Taberna (C./ Ibiza, 25 // Tel.: 91 188 61 37) con 40 tapas más urbanas y contemporáneas en un ambiente más sofisticado y una decoración cuidada a un precio medio en torno a los 20 euros.
– Y terminando, el nuevo loca del La Gastrocroquetería de Chema (C./ del Barco, 7 // Tel.: 91 364 22 63), que se tuvo que trasladar en verano muertos de éxito desde la Calle Segovia al barrio de Tribal, amplificando todas las variedades posibles que se pueden hacer con una croqueta. Ya os conté mi pasión por ellas, por lo que descubrir el nuevo local es visita obligada.
– Y por último, para los que le gusten las tortillas, otro comedor temático, La Tortillita (C./ Preciados, 34 // Tel.: 91 016 56 15) de inspiración gallega donde al parecer se ofrecen más de 30 variedades, desde la clásica de cebolla caramelizada hasta con grelos, queso de tetilla o chorizo. Aunque su ubicación en la calle Preciados se me antoja algo guiri y su carta de vinos es muy escasa, podemos darle una oportunidad, ¿no?
Y hasta aquí, mi lista de locales por descubrir dispuesta a comenzar a tachar las próximas semanas (y me dejo otros muchos que aún no quiero develaros…), se aceptan sugerencias.
Buenos días Mapi.
Enhorabuena por tu lista. Es impecable, pero permíteme una pequeña sugerencia: la Taberna del Volapie en Castellana 124. Te sorprenderá de la forma más positiva.
Encontrarás toda la carta clásica de una taberna gaditana y las propuestas de vanguardia que nacen de una cocina amante de lo natural, de lo más auténtico.
Ni un solo elemento de plástico en tu entorno, una decoración innovadora, con las llamativas DamaJuana colgadas del techo, una amabilidad especial en el trato, y un precio justo, muy justo, que invita a volver una y otra vez. No te pierdas, por favor, la hamburguesa de rabo de toro con queso payoyo, el queso de cabra más característico de Cádiz.
Muchas gracias Angel, conozco Volapié y de hecho, el de Castellana no es el único que existe en Madrid! Aunque no es de mis favoritos, te agradezco muchísimo tu recomendación que seguro que es muy válida para quien no lo conozca aún 😉
Estoy enganchada a tu blog: me encanta., y soy una humilde buscadora de restaurantes singulares de madrid. Voy a sugerirte dos pequeños restaurantes q adoro: la taverneta de Orellana , italiano increíble con un personal encantador , una comida excelente y fuera de lo habitual en los italianos.
Y mi tabernita preferida donde tienen una comida sencilla pero deliciosa en un lugar encantador como su nombre: Bar Amor en calle Manuela mala saña, la burrata y el tataki de atún fantásticos,
Para más razón Los dos de precio muy muy contenido
Por cierto visite el punk banch después de leer tus razones para no ir y no estuve de acuerdo…. Un acierto la segunda oportunidad.