LOS NUEVOS RESTAURANTES DE MADRID QUE DEBES CONOCER (PARTE 2!)
Ya os comentaba hace algunos días que el ritmo de aperturas en esta ciudad es frenético, y por eso, os traigo una segunda entrega de novedades que merecen la pena una visita.
Siete propuestas para todos los gustos, entre los que encontramos novedades, segundas rondas de algunos locales exitosos y una reapertura muy especial.
Seguiré descubriendo aperturas y conociendo locales que
Pasen y disfruten.
Plaza Eduardo dato 13. Madrid (Precios medio 25 – 40 euros)
No puedo ser más feliz con contaros que reabre uno de mis preferidos e indispensables, el emblemático bar-restaurante Mazarino, donde lo cásico nunca pasa de moda. Vuelve con todo su arsenal, recuperando su carismática decoración, con aire de club inglés, tupida moqueta en el suelo, su famosa escalera tallada y clásico mobiliario, siempre presidido por una imponente barra y el retrato del Cardenal y diplomático que le presta el nombre. Cocina tradicional que nunca defrauda, como su la ensaladilla rusa, gambas blancas de Huelva, el mítico montado de solomillo o los huevos fritos con patatas y chistorra de Arbizu. Ensaladas como la de tomate corazón de buey, con albahaca frita, o la de pimientos con ventresca. En las carnes, junto a su famoso Steak Tartar, otros cortes como el solomillo o el enorme escalope Mazarino. Como broche dulce, la Tarta de queso Ibarrola, o el tocinillo de cielo. Pero no hace falta entrar en materia para disfrutar de Mazarino, pues son famosos por su generoso aperitivo solo apto para paladares con gusto por las cosas bien hechas. ¡Larga vida a los clásicos!
Plaza de Sta. Ana, 3. Madrid (Precios medio 35 – 40 euros)
La esencia y la cocina mediterránea llegan a la plaza de Santa Ana de la mano de Belbo Piropo, el primer local de Belbo Collection en la capital. Llega directamente desde las playas malagueñas para alegrarnos a todos los amantes del tapeo, del terraceo y del disfrute. Su interiorismo está bañado por un soplo de brisa mediterránea, con tonos cálidos y texturas como el mimbre y la madera. Tiene gran atractivo su cocina abierta y un expositor del producto fresco del día con el pescado como protagonista, pero especialmente su terraza, que, por supuesto, tiene lista de espera. En carta, como era de esperar, un recorrido por todo el Mediterráneo, pasando por las anchoas de L’Escala, los boquerones en adobo, el queso de cabra payoya, mejillones del Delta del Ebro, sardinas de l’Ametlla de Mar, o la paella valenciana y los arroces de la Costa Brava, y, por supuesto, los espetos elaborados en espeteras siguiendo la técnica tradicional.
Calle de Alcalá, 12. Madrid (Precios medio 30 – 90 euros)
El nuevo food hall‘ de Madrid, 4,000 metros cuadrados dedicados a lo que más nos gusta: comer y beber. Con 13 restaurantes distintos que invitan a viajar por todo el globo, encontramos este espacio gastronómico a las faldas del lujoso hotel Four Seasons de Madrid, que, además de diverso, está al nivel de lo que se está convirtiendo en la nueva Milla de Oro madrileña. Entre sus propuestas, encontramos dos restaurantes con el sello de estrellas Michelin, sede de alguno de los locales más de moda de la capital, cocinas orientales, italianas, mexicanas… y por supuesto españolas. Los componentes que forma parte de este espacio son: Mnochis y The Eight, dos conceptos creados por Julián Mármol (chef del restaurante Yugo The Bunker con una estrella michelín). 19.86 by Rubén Arnanz, con raíces castellanas. Salvaje, sede de uno de los place to be de la capital con base japonesa con un toque de fusión. Le Petit Dim Sum, especializado en los tradicionales bocados orientales. Davvero, refinado homenaje a la gastronomía italiana y pasta fresca fatta in casa. St. James, con sus conocidos arroces. Ostras Sorlut, parada obligada para los fanáticos de estas joyas marinas. DBellota, el broche ibérico que esta propuesta necesitaba. Garelos, una revisión actualizada de la cocina popular gallega. El Goloso, repostería tradicional. Amorino, helados italianos. Y un atractivo MAD Gourmets, 20 puestos más informales para acudir también sin reserva a picotear de uno a otro viajando con el paladar. ¡Todo un lujo!
Calle Monasterio De Silos Esq. Monasterio De Samos, 28049, Madrid (Precios medio 25 – 30 euros)
Uno de mis favoritos de Madrid abre sucursal en Montecarmelo. Tras ocho años en Serrano y tras la apertura de La Raquetista en 2015 y Salino en 2018, los hermanos Aparicio se han vuelto a lanzar con una taberna donde destaca su gran cocina de mercado, sus animados fueras de carta y su servicio atento y cercano. Con la misma filosofía que su hermano mayor, Cachivache se mantiene fiel a su origen, con sus alegres colores en muebles y paredes y sus cojines de saco. Su interiorismo lleva la firma de Ping Pong Arquitectura que han diseñado un espacio diáfano y desenfadado con diferentes zonas de mesas altas y bajas y una agradable barra. El producto local con una visión globa es el camino que proponen en esta nueva andadura. La carta mantiene la misma línea y en ella no faltan las bravas, los torreznos, la selección de cocas, el curry de carrilleras o la torrija de sobao, entre otras especialidades. Pero también, encontramos algunas novedades como los tacos pastor de lagarto ibérico Carrasco, queso tetilla y piña ahumada, la coca de foie con piperrada y manzana, las alitas de pollo viajeras o la ensalada césar para dipear.
Calle de Sta Engracia, 41. Madrid (Precios medio 35 – 40 euros)
Los hermanos Van Dulken, artífices de La Vanduca, se lanzan con un nuevo proyecto con un ambiente cómodo y acogedor acompañado de una carta desenfadada en la que el picoteo y las medias raciones son los grandes protagonistas. Ubicado en la plaza de Chamberí, este local nos recibe con un ambiente hogareño y gracias a su decoración con mucho gusto donde abundan los colores cálidos y tonos tierras. En la primera planta una atmosfera mucho más informal, a pie de calle, con barra y mesas altas y un comedor en la zona superior mucho más intimo y formal. En su carta, aparecen platos estrellas de La Vanduca, como las bravas, las croquetas de jamón o las minihamburguesas, junto a novedades como el tiradito de salmón ahumado con salsa de cítricos y cebolla frita, la tosta de matrimonio de anchoa y boquerón con salmorejo o el falso risotto de carrillera al vino tinto con parmesano.
Calle del Aviador Zorita, 37. Madrid (Precios medio 30 – 40 euros)
Palermo se instala en Madrid a través de la sucursal de Ozio Gastronómico, un concepto basado en la gastronomía autóctona de la isla y el sur de Italia a través de la cocina de Dario Genova, gran maestro pizzero, con el apoyo de su socio Alberto Andolina. Con un claro objetivo de difundir la cultura y sabores de esa zona del país de la bota, en este local se elaboran platos con ingredientes de primera calidad traídos de Italia, desde las harinas hasta la botarga (huevas de atún en salazón) o la zizzona (una mozzarella gigante de 5 kg que se elabora en Battipaglia). El espacio llama la atención por su fabuloso horno y curiosos elementos decorativos como las teste di moro, unos llamativos maceteros con forma de cabeza de hombre y mujer que emulan una leyenda italiana, los azulejos sicilianos que invaden sus muros y hasta piezas hechas con lava del Etna. Entre las especialidades italianas, no puede faltar la pasta, donde destacan sus Busiati con pesto de Trapani, a los que añaden tartar de carabinero, o los Pici con sardinas y pan rallado tostado, una receta de influencia árabe. Y por supuesto, las pizzas de todo tipo, napolitanas, sicilianas o de autor a Covaccino Bronte, con burrata, mortadela Favola y pesto de pistacho de Bronte o la Rianata, con pesto de perejil y almendras, anchoas, tomates cherry, quesos tuma y pecorino, aceite de ajo y orégano. Tambien destacan los antipasti, como la Arancina Oziosa, una croqueta de arroz típica siciliana elaborada con bisque de gamba roja y que revela en su interior un corazón cremoso de burrata, con un toque de menta y limón sobre una crema de azafrán o la Tagliata de lomo bajo empanada al estilo de Palermo. ¡Bon appétit!
Calle San Bernardo, 120. Madrid (Precios medio 20 – 25 euros)
Esta coqueta creperie llega directamente de la Bretaña francesa al barrio de Chamberí. En un luminoso local de estética desenfadada y amenizado por suave música francesa, nace este local de la mano de Emmanuel, su propietario. Con la clara intención de trasportarnos a sus orígenes, y más concretamente a uno de sus rincones favoritos de Francia, la preciosa Saint-Malo. Cuenta con una amplia sala y una atractiva terraza climatizada para disfrutar de la ciudad a cualquier hora del día. Con una carta especializada pero muy variada, conviven clásicos crepes dulces y galettes salados, con propuestas de autor y gourmet perfectas para maridar con sidra bretona, o vinos y licores seleccionados. Sus opciones saladas, elaboradas única y exclusivamente con harina de trigo sarraceno, tienen un toque tradicional y genuino entre las que destacan sus clásicas de jamón y queso Emmental o butifarra y queso Emmental. Algunas de sus especialidades como Marie, de morcilla de burgos, compota de manzana casera y miel, Chloé, de patatas panaderas, cebolla morada y nata, o Eleonore, con pollo Satay, jengibre, cacahuete y cebollino. Igual de deliciosas, las crepes dulces, elaboradas con harina de trigo de máxima calidad, donde no faltan las tradicionales de caramelo casero o chocolate negro. Y las especiales, como Capucine, de compota de manzana, miel y azúcar glas o Jade, de macedonia de arándanos con queso mascarpone, entre muchas otras. ¡El secreto está en la masa!