LA GRATA SORPRESA DE HELADOS GAMELA
No sé si a vosotros os pasa, pero a mí la temporada primavera-verano me pilla siempre desprevenida. Cuando quiero ir a ver qué se lleva de cara a mis periplos vacacionales allá a finales de julio, no solo ya no hay ropa de verano, sino que ni siquiera queda ya la rebajada. Estanterías, perchas, maniquís…todo, literalmente arrasado, prendas con tara y carteles de baratijas con descuentos del 75%.
No entiendo porqué a golpe de julio ya están puestas las rebajas de las rebajas, cuando aún no he bajado ni a la piscina ni me ha dado tiempo a ver si se lleva el triquini, el bañador asimétrico o el de los vigilantes de la playa. En fin, que válgame Dios de opinar de «expertises» ajenos de otras blogueras e ITgirls más puestas en el arte del vestir que yo.
A veces pienso que tener un blog de moda me hubiese venido bastante mejor para este tipo de cosas, y por otro lado me hubiese ahorrado alguna que otra caloría de más. Pero en todo caso, veo complicado como redirigir mi página web desde lo gastronómico hacia lo trendy, así que aquí estoy de nuevo escribiendo de como mover el bigote que es lo mejor se me da en este caso.
Que os cuento toda esta chapa a riesgo de estar espesa porque ando de vacaciones y tengo las neuronas a bajo rendimiento. Y que os iba a comentar que andaba yo el otro día por Fuencarral estresada con mi próximo viaje a Ibiza pensando qué meter en la maleta y que diese medio pego de ser fashion. Y añado que estaba yo intentando concentrarme en la búsqueda de algún miserable trapillo que quedase al albur de alguna demodé como yo, cuando de nuevo mi instinto gastronómico desvió mi atención hacia lo que realmente me motiva en esta vida que no es otra cosa que zampar.
No sé como describiros cual fue mi sorpresa al descubrir que como por arte de magia, entre tiendas de trajes de baño y ropa interior, una heladería había aparecido para alegrarme una tarde tan anodina como las compras de ropa que había hecho. No cabía en mí de gozo. Helados Gamela, la tienda artesanal con más solera de las Rias Baixas y que veranos atrás había frecuentado en varias ocasiones, ahora estaba en Madrid.

Fue en 1986 cuando abría persiana en Baiona a tiro de piedra de su Parador. Su materia prima excepcional, en seguida convirtió a este obligado punto de parada en una referencia para turistas y habitantes de la zona.

Y veinticinco años y miles de cucuruchos después, ¡los tenemos en Madrid¡ Y concretamente en el barrio de Chueca. ¡¡Las lágrimas se me saltaron!! Así que no pude evitarlo, y entré cual rayo y me pedí el helado de pistacho que es mi perdición. La cobertura tiene incluso pistachos naturales… Pero en esta ocasión, además de tener sus sabores estrella y sus famosos helados de palo que denominan Popitos de crema y Popifrutas, hechos con productos naturales, tenían también nuevos productos como los helados personalizados.

Primero hay que elegir el sabor del interior y luego se moja en la cobertura, que está muy caliente, a vista del cliente.

Después, se adorna el helado con uno de los toppings, por ejemplo, nueces, avellanas o almendra, para los más clásicos, o con los toppings Premium entre los que destacan el mango o la frambuesa liofilizados, para los más sibaritas.

Ojo, porque además elaboran yogures helados a los que se les puede añadir fruta natural, cereales o chocolate así como smoothies o batidos hechos a base de helado, leche o agua.
En definitiva, que mi tarde de compras pasó a ser gastronómica, como suele ser habitual en mí. Y que sin duda, mereció la pena cambiar mi helado de pistacho por cualquir bikini fuese lo más cool que fuese.
¡Gracias, Helados Gamela, por haberme alegrado la tarde!
Precio medio: 3 euros
Dónde: C/Pérez Galdós, 5
Tél.: 91 502 72 59
Web: http://www.heladosgamela.es/