LLEGA TECKEL, EL RESTAURANTE «PUNTO MÁS»
Parece que últimamente puedes pasear por Madrid y encontrarte con un restaurante nuevo al doblar cada esquina. Está claro que ha llegado un otoño cargado de novedades para los que nos gusta descubrir propuestas diferentes más allá de nuestros más queridos restaurantes clásicos. Pero hay aperturas y aperturas. Y en este caso, os vengo a hablar de una que intuyo que no os dejará indiferente.
Y esto es, por varias razones. Primero, porque es un espacio con personalidad, ya desde su fachada a rayas azules y blancas, que recuerda a una antigua barbería de Londres. Los propietarios, un grupo de amigos, algunos del gremio, vieron que el barrio estaba lleno de estos perros salchicha, así que no se pensaron más el nombre: Teckel. Incluso, ¡van a hacer un “parking” de perros con bebederos en su puerta!

Una vez más, son los compañeros de Cousi Interiorismo quienes han sabido recrear en un local de talla modesta para 56 comensales, un espacio muy cálido, con clase y de aire londinense.

Dispone de tres zonas: un invernadero con cristalera forjada, un pasillo salpicado con telas africanas y una zona al fondo y más lounge de mesas con cubiteras. Pero sin duda, el restaurante está plagado de pequeños rincones: alacenas, ventanales, suelo adoquinado o las lámparas industriales salpicadas entre la madera y el cemento.

Pero esto no es todo. Sin duda, si algo destaca en Teckel es que la calidez del local se traslada también a su cocina. La carta ha sido asesorada por el chef César Galán (Banbudha en Ibiza, Saporem o el Grupo El Escondite) y gira en torno a tradición y producto, pero con un “punto más”. Y esto, es lo que lo hace realmente diferente.

Presenta una propuesta gastronómica que él mismo define como “recetas de toda la vida que permiten apreciar el producto en el plato, presentado de una manera muy personal”.
Teckel es tradición pura y dura. Te puedes encontrar unas coquinas o albóndigas con arroz pasando por la tarta de Josefina, la que se hacía en casa de la abuela de César. Todo el producto gira entorno a recetas de hace 40 años pero evolucionadas e incluyendo sabores del mundo como el cilantro. Un ejemplo son los flamenquines estilo sushi con calabaza, queso y pollo, o las croquetas de sobrasada y piña, las más demandadas por los clientes, pues la sobrasada con la acidez de la piña liga sorprendentemente bien.

Sin duda, uno de los platos que más me gustó fue la ensaladilla del mar de la abuela Piedad:

Así como el cuarto y mitad de lomo de atún marinado con guacamole y chile habanero:

Como veis, la carta cuenta con producto íntegramente español. La picaña, por ejemplo, es ternera de Ávila con corte brasileño y sabores asturianos, con salsa criolla. Los pescados provienen de la lonja gallega y andaluza o de granjas cercanas. Pero la carta de Teckel incluye productos procedentes de otros lugares, como la hamburguesa de El Capricho de León, considerada la mejor carne del mundo, o el tiramisú de la Nonna Mella.

De hecho, conviene dejar algo de hueco para el postre, pues Teckel colabora con la Fundación Aladina donando un euro del postre. La tarta de chocolate blanco y fresas es una buenísima opción:

En definitiva, sabores de hace tiempo traídos a la actualidad y recetas de toda la vida pero actualizas en cocina de mercado. Cariño, mimo, buena presentación y además, con precios moderados, pues los entrantes no pasan de los 10 euros y los principales rondan los 15 euros.

Asimismo, próximamente, Teckel abrirá una maravillosa terraza con 80 plazas que permanecerá abierta todo el año tipo pecera, donde incluso han usado vigas del tren…impresionante.
En resumen, en palabras de los fundadores, Teckel es “un proyecto que nace con honestidad, sin pretensiones, comida rica y al alcance de todos”. Y yo, doy fe de ello.
¡Bienvenidos!
Precio medio: 25 euros
Dónde: Avenida Concha Espina 55
Tel.: 91 599 64 00
Web: http://www.teckelmadrid.com/
Aviso a los lectores que este restaurante ha debido de cambiar mucho desde su apertura porque muy experiencia no fue nada recomendable. El servicio inaceptable, tardamos 1hora y media de reloj en que nos trajesen los platos principales. Lo peor es que cuando reclamábamos los platos no se ponían ni colorados, por lo que deduzco que es una práctica habitual que tarden tanto. Los aperitivos los trajeron antes del vino (que tardaron en traernos la botella media hora).Muy mal organizados y poco profesionales. La comida no compensó la espera, raciones realmente escasas, con poca elaboración. Yo pedí picanha y ni llevaba salsa, si guarnición excepto una micropatata cocida y ya lo que remataba es que estaba frio. Para ser justa tengo que decir que la materia prima, esas cinco mini rodajas, eran buenas. El pad thai desconcertante, venia con arroz duro en vez de con fideos de arroz (y en la carta no avisaba que era con arroz en vez de con fideos). Los raviolis tampoco triunfaron y el steak tartar nos lo dieron a probar antes de servirlo para ver si estaba al punto de picante pero debe ser un protocolo para disimular porque nos lo trajeron exactamente igual aunque lo habíamos pedido más picante. Como éramos un grupo grande probamos casi todos los platos y decepcionantes todos.Los postres sí que estaban buenos.
En definitiva, nos arruinó la cena estar pendientes en vez de nuestra conversación de reclamar nuestra comida que cuando llegó no compensó y además nos quedamos con el mismo hambre.
Miriam escribes en todos los sitios sobre Teckel .Hater a la que no debéis hacer caso.Es de la competencia.
Buenos días, quizás ella sea de la competencia,,,,y quizás tú seas socio de Teckel,,,,ambas opciones son posibles
Restaurante estupendo, el atún marinado riquísimo, El taco de chicharrón insuperable, la carne riquísima, muy buen servicio. Un acierto.