UNA COMIDA MUY ESPECIAL EN VILLA TORII
Resulta complicado explicaros qué relación existe entre una profesora de ciencias medioambientales, un directivo, una dentista, un comunicador, un chef reconocido y una bloguera amateur, si es así como puedo definirme.
Podría argumentaros que abordé por primera vez al reconocido chef en una presentación de mostazas anonadada por sus recetas. Que luego resultó que conocía a mi amigo el directivo con el cual jugaba de pequeña a las tortugas Ninja porque era mi vecino del sexto, y que a su vez, éste compartía gimnasio con el chef además de ser padre de familia numerosa con la de oficio dentista. Que conocí al comunicador, una noche al olor de un plato de pasta con carabineros. Y que este último organizó un cumpleaños al que me llevé a mi amiga y profesora de universidad Belén, y que burbuja va, burbuja viene, terminamos todos y cada uno de nosotros más unidos que la pandilla de Verano Azul.
Cuestionable sentido tiene la amistad de tan variopinto grupo, pero, y sin daros más detalles que no vienen al caso, parece que fue así como desde entonces, una vez al mes y religiosamente, cada pareja se encarga de organizar una comida foodie para seguir fomentando lazos tan estrechos de afecto. Primero empezó el chef y el comunicador, que nos llevó a un espacio impactante dónde nos hizo recetas de temporada con las que nos chupamos los dedos para terminar bailando reguetón. Luego llegó el directivo y la dentista, que se vinieron arriba y con la navidad de por medio hicieron un menú que ni el de la última cena.
Así que esta vez, nos tocaba dar el callo a nosotras. Belén y yo sabíamos que el listón estaba alto y que no era moco de pavo para dos cocinillas trainee elaborar un convite que contentase el paladar de un cocinero Michelin. Sin embargo, no era esto lo que más nos preocupaba. Pecata minuta era agradar al chef. Porque si algo rondaba por nuestra cabeza, esto era el cómo competir con una madre de familia, y con su consiguiente expertise en el manejo de la Thermomix y el pela verduras.
Andaba yo evadida en mis pensamientos, cosa que hago muy a menudo, dándole vueltas a dónde organizar la comida, cómo meter con calzador a todos en mi salón y con qué menú podíamos salir de aquel fregado, cuando, y como de golpe y porrazo, un mail llegó.
Os reconozco que si algo bueno tiene ser #bloguerademoda es que te enteras antes de las cosas que el resto. Y ahí estaba un correo de la agencia Nota Bene, que siempre me descubre restaurantes de altura, anunciándome un nuevo espacio secreto ubicado en un enclave histórico de La Plaza de la Independencia con acceso privado a través de un paso de carruajes del siglo XIX y un delicioso jardín, disponible para organizar comidas privadas.

Las fotos transmitían una decoración exquisita. Se trataba de un lugar de 100m2, con una sola mesa de mármol italiano sujetada por troncos originales de los montes del Sur de Japón. Su impresionante bodega, el patio más íntimo japonés, su zona chill out, o un baño propio privado lo hacía, sin duda, el espacio perfecto para nuestra comida.

Además, ofrecía tecnología para poner música o videos en su gran pantalla, pero sobretodo, la posibilidad de traer tu propio ¨Chef a la carta¨, encargar la comida a su cocinero o bien utilizar el espacio para comidas propias, como fue nuestro caso, pues disponen de neveras y barra de sushi para cocinar.

Así que no dudé un momento, y vendiendo la piel del oso antes de haberlo cazado, llamé a Belén y decidimos que no había mejor espacio para sorprender a nuestros comensales con nuestra comida particular. Las reservas se hacían solo a través de un mail exclusive@villatorii.com, con los que nos pusimos en contacto con el equipo de RAMSES.LIFE al que pertenecía la ubicación. Y lo uno llevó a lo otro, y nos empezamos a motivar que si pongo esto o pongo aquello, que si decoro por aquí o decoro por allá, para terminar organizando un banquete que ni en las bodas de Caná.

Lo primero fue la decoración. No podíamos encontrar mejor partner que Floristas Bourguignon, para nosotras el referente del arte floral en Madrid. Seguro que muchos ya los conocéis por su historia, pero fueron los pioneros en 1930 en cultivar flores de temporada e importarlas desde Holanda y América del Sur. En su Web (link aquí) se puede comprar de forma muy intuitiva y te hacen llegar las flores gratuitamente.
Mike, nieto de su fundador, fue en todo momento encantador con nosotras y nos contó algunas anécdotas como que su abuelo aparece en el libro Entre Costuras como cómplice de una trama que ayudaba a los refugiados de la II Guerra Mundial a pasar por Madrid en función de un código específico en los colores de los ramos de flores. En esta ocasión, Mike nos propuso arriesgar con nuesta puesta en escena, rompiendo moldes con una llamativa composición de Calas (las flores amarillas que podéis ver en la foto), Viburnum Opulus (las bolas verdes) y Rosas Red Naomi. La combinación con el espacio dio un resultado espectacular, por lo que no podemos estarle más que agradecidas por su asesoramiento.

Lo segundo y no por ello menos importante, la bebida. Aquel lugar evocaba, sin duda, que el menú fuese regado con burbujas, por lo que elegimos Veuve Clicquot, champagne con 3 siglos de historia a sus espaldas, y cuya calidad sabíamos que no iba a defraudar. El Veuve Clicquot Brut Yellow con su original etiqueta amarilla, corrió por las copas como la espuma, no en vano, es uno de los mejores Champagne Brut sin añada, con aroma intenso y agradable y una sensación afrutada que me encanta.

Y para acompañarlo, decidimos contar con el sushi de Sushi Daily, una cadena fundada en 2010, que se puede adquirir en grandes superficies y que ofrecen un producto de buenísima calidad como podéis ver en las fotos.

Los artesanos nos prepararon el sushi por la mañana y elegimos algunas creaciones originales para darle un toque sofisticado.

Respecto a los panes, recurrí a CRUSTÓ, local del que me declaro seguidora, y que me pilla muy cerca de casa. Tienen una variedad impresionante de más de 50 opciones, y cada local dispone de su propio obrador con cristaleras a través de las cuales se ve el proceso de elaboración. La panadería tiene su propio levain, fórmula propia de masa madre que la hace única.

Rosa, su encargada, siempre me aconseja qué tipo de pan es más adecuado para cada comida y encargándolos con tiempo (algunas masas necesitan días para fermentar según el tipo de pan, el clima o la duración de los amasados y cocción) me pude hacer con una selección de panecillos individuales de nueces y pasas, de cebolla, de centeno con pipas, de olivas y de queso emmental con los que ir maridando los platos.

Además, encargué su rico pan de higos y nueces, mi favorito, una torta de aceite, otro especial de maíz y una foccacia de tomate con la que se nos hizo la boca agua. Para mí, CRUSTÓ es sin duda una de las mejores panaderías artesanas de Madrid, y por cierto, acaban de abrir otra nueva tienda en la calle Gaztambide, 3.

Y como siempre, para la comida conté con productos de las tiendas gourmet de las que sabéis que soy habitual. Dispuse algunos aperitivos ya habituales. Las Chips de Verduras, los Cacahuetes al Curry y las Nueces de Macadamia de Petra Mora que se compran a través de su Web.
Como siempre, hice mi pertinente visita al Gourmet Experience, peregrinación obligada en toda comida foodie, donde esta vez descubrí unas Patatas Fritas Extragruesas de El Club del Gourmet que nos encantaron y con las que acompañamos algunas de las conservas. Como sabéis, soy una incondicional de Frinsa y a pesar de que su ventresca me parece el producto estrella, esta vez me decanté por probar sus mejillones y sardinillas, realmente sabrosas. Pero tomad nota, porque descubrí que han lanzado unas nuevas zamburiñas con una receta del chef gallego de Pepe Solla. Se trata de un guiso de zamburiña al curry, realmente delicioso y con un precio muy competitivo, cerca de 4 euros.

En esta ocasión, las anchoas me las recomendó mi amigo Javier Muñárriz, un especialista en la materia. Una nueva marca de Santoña de primerísima calidad llamada La Reina del Cantábrico. Los filetes grandes y limpios venían sin ninguna espina y en un buen aceite de oliva. Merece la pena su buena relación calidad precio, y de momento, el pedido sólo se puede hacer por teléfono (942 134 213 / 608 003 288).

Además, de Petra Mora adquirí unas Huevas de Maruca noruega que cortamos, una salazón exclusiva que acompañamos con aceite de oliva y Almendras Marconas al pimentón. Belén me ayudó con la elaboración de algunos canapés. Uno de ellos lo hicimos con Caviar de Erizo de El Club del Gourmet que tenía una textura muy fina y otro de ellos con Paté de Aceituna Arbequina de Petra Mora, una deliciosa crema mezclada con hierbas aromáticas.

Luego dimos paso a los embutidos. Jamón cortado a cuchillo y Lomo, ambos ibéricos de Bellota de El Club del Gourmet, y Presa de Cerdo Ibérico de Petra Mora, además de un queso del pirineo catalán que nos encantó, Tou dels Til-lers y que acompañamos de sesamis integrales y de una rica Mermelada de Higo y Pera.

Otra de los clásicos a los que siempre recurro cuando me toca organizar algún sarao es la Pastelería Mallorca. En este caso, a través de su tienda online hice un encargo de tres entrantes, a cual más recomendable. Una Coca de bacalao con pasas (ofrecen también de bonito, carne o jamón york con champiñones) que era la primera vez que probaba y nos resultó a todos exquisita, así como una Bandeja de Brochetas de ricas combinaciones: queso parmesano con mortadela, jamón serrano con queso brie, salmón ahumado en tacos y tomate cherry con mozzarella. Por último, no me pude contener a pedir alguno de sus clásicos Hojaldres, con los que nunca fallas, Minipanes de cristal de mortadela, parmesano y pesto, pastrami, lollo rosso y mostaza picante y Croissant parisien de mozzarella de búfala y tomate y jamón serrano.

Probé el Servicio Express y sin duda lo recomiendo. Cualquier encargo, ya sea un croissant o una cena de picoteo, lo tienes listo en la puerta de la tienda que quieras en 30 minutos. Hay dos opciones a la hora de recogerlo: entrar directamente en la tienda o pedir que te lo acerquen al coche. Llamas 10 minutos antes y ellos te esperarán en la puerta… En mi caso, ¡me sacaron el datafono al coche así que no tuve ni que bajarme!

He de confesar que llegado a este punto en la elaboración del menú, tras repasar libros de cocina y recetas por Internet para dar con el plato principal con el que encandilar a nuestros comensales, Belén y yo decidimos tirar la toalla y encargar a nuestro amigo chef el plato principal. Porque lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible. Así que el cocinero nos trajo un guiso que llevada días cocinando de pollo de corral con bogavante y sepia así que os podréis imaginar que delicia.

Con este plato de autor nos chupamos los dedos, e incluso tuvimos que pedir tuppers al equipo de Villa Torii porque de aquello teníamos que terminar de dar buena cuenta. Para su emplatado, en este caso contamos con las Cazuelas Staub, pues semejante manjar merecía presentación especial. No sé si las conocéis pero son realmente una pasada. Se pueden adquirir en la Web de Zwilling, donde encontraréis también otros formatos. Las hace un fabricante de Alsacia y sirven para emplatar en formato mini pues tienen una capacidad de ¼ de litro, lo que permite servir raciones individuales. Además del diseño, que es espectacular en hierro colado y de varios colores a cual más chulo, las cocottes lucieron de forma espectacular en la mesa, conservando además todo el calor del guiso.

De postres, y como no podía ser de otra manera, una vez más conté con las tartas del maestro pastelero Oriol Balaguer de La Duquesita. En este caso, al ser varios y con gustos diferentes, opté por una degustación de varias tartas.

La de texturas de chocolate, que es un must en cualquier comida, la duquesita de frutos rojos y frambuesa, la caribe de mango y fruta de la pasión, así como su tradicional cheescake. Además, Oriol ha introducido un nuevo postre de manzana en la carta y otro de yuzu, los cuales estoy deseando probar. Aunque estuve tentada de volver a repetir con su panettone de gianduja (del que soy adicta y que además se puede adquirir durante todo el año) finalmente me decanté por acompañar las tartas de sus divertidas Nubes tradicionales de varios sabores: menta, mandarina, cassis violeta, frambuesa y yuzu. Muy cítricas y super delicadas.

Como complemento, se me ocurrió ofrecer unas Chatitas que recientemente me habían enviado y que me habían resultado muy divertidas por su estilo clásico reversionado. Si no las conocéis, son unos dulces de lo más castizos rellenos de mermeladas o dulce de leche que recuerdan a un alfajor y que están que te mueres de ricos. Además, añadimos unos Sticks de Yuzu bañados de chocolate blanco de El Club del Gourmet y unas cookies artesanas que elaboré el día anterior con el kit de Petra Mora y que son súper fáciles de hacer a las que solo tienes que añadir mantequilla y huevos (las hay de chocolate blanco y arándanos y de dos chocolates) y que completamos con el brownie de Petra Mora, que ya viene hecho y está realmente rico.

Y ahora sí, concluido el ágape con nuestro consiguiente aprobado y habiéndonos puesto las botas, no me queda más que agradecer antes de terminar este relato la amabilidad y profesionalidad del equipo Villa Torii, sin las cuales esta comida no hubiese sido posible. José Arenas, Director de Marketing y PR, nos echó un capote con la recepción de los asistentes y Patricia Ezquerra, Responsable de Eventos, se remangó como una más y estuvo dale que te pego toda la mañana a la preparación del menú. Realmente nos lo pusieron muy fácil para poder llevar algunos productos con antelación, decorarlo a nuestro gusto o incluso seleccionar los emplatados con las increíbles vajillas que nos prestaron.

Pero sin duda, no puedo dejar de mencionar a Nikita, nuestro camarero privado el cual nos dio la mano y le cogimos el pie, aguantando carros y carretas y siempre pendiente, pues no le quedó otra, y en todo momento de nosotros. ¡Gracias equipo Villa Torii!
Buenos días,
Soy propietario de una croqueteria&vinos gourmet en un mercado de Madrid, y me gustaría saber los tramites oportunos para salir en tu web, redes sociales etc…
Muchas Gracias.
Hola! Muchas gracias por tu mensaje. Puedes enviarme información a info@lagastronoma.com
Un abrazo,
Mapi
Hola, gracias por destacar la calidad de las anchoas de la Reina del Cantábrico